El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

sábado, 24 de mayo de 2014

El Querubín prehistórico

#LimpiezayCuidadodelHogar esponjas metálicas Sed Mental, detergente Querubín, soportes de información Teltron, quitamanchas Vanish, guantes Mapa.


Mucho más importante que las esponjas Sed Mental, aquellas que publicitaban en el programa de Olmedo. Mucho más importante que los productos Teltron, a pesar de ser tan importantes e imprescindibles para la industria discográfica actual, tal como dicen en su página web. Mucho más importante que haber encontrado una publicidad de supermercado de Vanish cuando era nuevo, o que los guantes Mapa, aquella marca que aparentemente es argentina pero manda a fabricar todo a China. Lo lamento, pero esta vez hay algo más importante que todo lo anterior: una etiqueta de la época en la que nadie daba 2 pesos por Querubín! Antes del glamour y la fama actuales, de Valeria Lynch, de Mariana Fabianni, de las épocas de bonanza económica que los hace derrochar millones en repetir las mismas publicidades varias veces en una sóla tanda. Alguna vez, hace más de 10 años, eran una empresa mucho más humilde, con un logo súper austero, que no la diferenciaba para nada del montón. Cuando ni siquiera se les pasaba por la cabeza crear un jingle que seguramente les pasó por la cabeza cuando les nombré Querubín por primera vez. Ni el angelito que te guiña el ojo estaba. Pero bueno, ya es cosa del pasado. Ahora, ya nadie los puede detener. Ni a ellos ni a sus otras marcas como el Cuca Trap o su más reciente adquisición, nada más ni nada menos que el detergente Vencedor, aquél de Compañía Química de los 80, y que P&G nunca explotó. Simplemente eso, un peqeño homenaje a esa marca que tal vez no compren nunca, pero que tienen en mente seguro. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario