En cada Navidad algún producto nuevo (o que tiene el aspecto de nuevo)
siempre sale a escena para renovar las propuestas aunque sea por una temporada.
Suele ser difícil imponer un producto totalmente nuevo en esta época tan
clásica de alimentos navideños que se consumen hace años, así que lo más
probable es que lo que salga al mercado sean cosas similares o inspiradas en
las ya existentes.
De las marcas que últimamente siempre alguna cosa buena trae está
Águila de Arcor. Allá por la Navidad de 2015 supieron lanzar los budines Mix y
Black, y fueron tan buenos y tuvieron tal aceptación (a pesar de no ser nada
baratos) que siguen hasta la actualidad como elenco estable de productos para
las fiestas. Dichos budines pertenecen a la línea “D’or”: curioso que la gente
de Arcor, tan propensa a utilizar términos en inglés no le haya puesto de nombre
a esta línea Premium de productos directamente Gold, pero prefirió el término francés.
Esta línea nació en 2011 con unos chocolates rellenos de mousse realmente muy
buenos y de sabores atípicos dándole paso para las fiestas a una gran cantidad
de productos bañados en chocolate: adentrándonos ya en este año, además de las
tradicionales almendras y pasas bañadas (sin olvidar el turrón) ha surgido una
línea especial llamada Águila Frambuesitas con doble baño de chocolate, y
semejante nombre es imposible de ignorar y amerita probarlo cuanto antes.
Un paquete rosado bien brillante con un papel especial contiene un
producto confitado que tiene una gran presentación y buena pinta: la
expectativa es muy alta y esta golosina bañada debe estar a la altura de las
circunstancias… lo logrará?
Dicen que el que avisa no traiciona, pero a pesar de decirlo bien claro
en el frente del envase uno prefiere autoengañarse e imaginar que realmente va
a comer frambuesas bañadas en chocolate, pero como leemos en la imagen lo que
hay son “cubos de fruta sabor frambuesa”. A pesar de esa descripción poco
glamorosa las frambuesitas son bastante apetecibles como para seguirlas
comiendo a pesar del primer bocado. Estamos en condiciones de decir que es la
típica fruta abrillantada de los panes dulces (o alguna gomita Mogul recortada
en cubos) la principal materia prima de estas confituras. El sabor es
fuertecito (frambuesa artificial sin llegar a ser como el de las gelatinas
Godet) pero agradable y no cansa comiendo una frambuesita atrás de otra. El
aroma a chocolate es lo más cautivante en cuanto se abre el envase, pero
lamentablemente la esencia a chocolate blanco prometida en el packaging no se percibe.
La línea también involucra “naranjitas”, pero suponemos que son los
mismos cubos de fruta con esencia naranja. Por lo pronto es bueno disponer de
una confitura así que antes no venía, enriqueciendo un poquito el panorama de
golosinas navideñas. La cantidad del envase permite compartir un poco y no
quedarse con las ganas: realmente no fueron feas, aunque es verdad que prometen
más de lo que terminaron siendo.
Para finalizar mostramos la publicidad de la parte posterior del
paquete, donde se muestran las mencionadas naranjitas, pasas y almendras
bañadas: hace cuántos años no encontraban un producto Arcor que tratara al
consumidor de “usted”? Un elegante detalle entre tanto producto cancherito y
confianzudo que no te conoce y de prepo te tutea…
Arcor se puso las pilas y sacó bocha de produtos bajo la marca Aguila para estas fiestas, creo que las probaría.
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