El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

sábado, 28 de junio de 2025

El Topo que destruye la cerámi-k desde adentro (1985)


La más recordada puede que sea la que daba origen a los maléficos Pitufos, de Mi Pequeño Pony, Mr. T, las Tortugas Ninjas, futbolistas o hasta del viril He-Man, pero el bonachón del Topo Gigio (el mismo que publicitaba los productos de Terrabusi o actuaba en Hiperhumor) también tuvo la oportunidad de contar con su propia fábrica hogareña: "el más simpático y dulce personaje de la TV" podía moldearse y pintarse en el hogar por medio de este producto Plastirama (aquí lo vemos publicitado en 1985) y su materia prima, la Cerami-K, pensada para secarse rápidamente, no precisar horno y no tener un reemplazo casero que sirva de auxilio para el día que se acabe y se quiera seguir moldeando algo. No olvidar también los accesorios plásticos que se asoman por un costado: pensados para adornar las futuras creaciones infantiles, aunque distaban mucho de parecerse a los aditamentos del modelo publicitario. Porque una cosa era un globito, un tronquito para sentarse o un ramo de flores y otra muy diferente eran un hacha, un juego de cuchillos o un arpa color naranja chillón.
Por no tratarse de un artículo tan popular como el de los Pitufos, quedará la duda si también, conociendo el paño, los "topitos" diseñados por niños ochentosos sufrían los mismos males que los otros seres creados también por esta fábrica: se rompían fácilmente, era difícil moldearlos y costaba pintarlos de manera decente debido a la mala calidad de la pintura ofrecida. Sin dudas, los productos más famosos del Topo Gigio fueron otros, como sus muñecos, libros de cuentos o hasta los discos de sus canciones. Y hasta tiene entre sus parientes ilegítimos uno que vende churros en Villa Gesell hace más de 50 años... ya lo considerarán parte de la familia?

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