No pasa un día sin que en algún lado se publique una nota o reportaje donde se haga referencia a los porcentajes de trabajos que la Inteligencia Artificial hará desaparecer de manera exageradamente prematura. Lo que no se suele precisar son aquellos oficios clásicos e inoxidables a los cuales este tipo de progresos los tiene prácticamente sin cuidado a pesar de que el Progreso constantemente quiera efusivamente ponerle el certificado de defunción.
En esta nota de 1986 de la revista dominical del diario Clarín se mencionaban aquellos lugares porteños tradicionales que a pesar de toda la modernización que había tenido la ciudad hasta ese momento (y lo que faltaba todavía!) habían sobrevivido y aparentaban tener todavía mucha batería por delante. Estos clásicos "boliches" porteños consistían en El Bar y Café El Diamante, una peluquería de Boedo nacida en 1953, un almacén que ya empezaba a servir como antigüedad el servicio del "todo suelto" y una legítima Lechería La Martona fundada en 1918. Un artículo costumbrista típico de Clarín, que podía aparecer ya sea para sus productos gráficos o televisivos para cualquier hecho histórico, ya sea para graficar la popularidad de las computadoras, la llegada del año 2000 o la postpandemia de Covid 19, siempre podía venir como excusa retratar un mundo clásico con estas características.
Este estilo de locales clásicos podrá competirle a su manera contra los productos fríos y virtuales del futuro que pretenden reemplazar todo lo conocido? A La Martona también la daban por desaparecida y supo volver de la mano de La Serenísima en 2019...

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