Allá por 1982 y 1984 una poco recordada marca capilar llamada Adoré tomó la posta de anunciarse de manera innovadora: demostraba la efectividad de su acondicionador de actuar sólo donde es necesario (promesa eterna de estos productos) mostrando tanto en gráfica como en tv siluetas de mujeres con su cabello sometido a simulaciones por "fotografía computada".
Así es, esos píxeles demostraban que el acondicionador Adoré trabajaba mucho mejor que la competencia porque va al sitio dañado e inauguraba una manera que se haría habitual en las siguientes décadas a la hora de dar solidez a un concepto capilar: mostrarse partículas en 3D rejuveneciendo tubos marrones que son cabellos, muestras en microscopio y quién dice, que no falte mucho para "pruebas irrefutables" basadas en Inteligencia Artificial.
En cuanto a Adoré (no confundir con la marca Agree, con quien siempre se la relaciona), tuvo presencia publicitaria hasta inicios de los 90 sin ser una exageración de calidad pero por lo menos con un perfume agradable, para luego desaparecer del país. Y los productos actuales que salen en Internet parecen no tener relación con la empresa original fundada en USA sino pertenecer a una empresa pakistaní fundada en 2004...
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