La reciente irrupción de la guerra Rusia-Ucrania ha comenzado a generar rumores de hasta cuándo las empresas estadounidenses van a seguir en suelo ruso. Mientras se empieza a especular qué firma ya no se la podrá consumir en esos territorios, aquí vemos una empresa que difícilmente publicite en un corto plazo por el mundo occidental: se trata de Aeroflot, que en esta publicidad de 1987 se presentaba como las Líneas Aéreas Soviéticas pero que a pesar de la caída de la URSS siguió conservando el mismo nombre y hasta hoy se trataba de una de las aerolíneas más antiguas del globo.
De manera sutil Aeroflot anunciaba que "tiene otro punto de vista" pero no hace referencia a lo ideológico en sentido estricto sino a su plan "5 perlas" para conocer Moscú o Leningrado en un viaje directo desde Buenos Aires. Para no asustarse, las tarifas tanto de la temporada baja como alta estaban anunciadas en dólares.
Le tocó vivir plenamente los roces de la Guerra Fría como cuando se le suspendió su licencia de volar a USA entre 1983 y 1990 a causa del aparente bombardeo soviético a un avión comercial de Korean Air. Ya no hay más comunismo pero a pesar de que a inicios de los 90 la empresa tuvo cambios de accionistas y se volvió una Sociedad Anónima, lograron mantener hasta hoy su logotipo clásico identificable en todo el mundo, del martillo y la hoz alados. Los cambios de aeronaves de soviéticos a estadounidenses durante los 90 generaron cambios bruscos en la cultura de navegación por la falta de costumbre a los nuevos modelos, uno de los motivos del accidente más conocido de ellos, el de 1994 cuando un piloto dejó que sus hijos pilotearan el avión y no se percataran del abandono del piloto automático, ya que en los antiguos Tupolev se trataba de una señal sonora y no simplemente lumínica.
Llegó a ser la más grande del mundo en los años 30 y si sobrevive a 2023 y no la hacen quebrar antes, cumplirá 100 años.
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