El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

miércoles, 17 de noviembre de 2021

El francesito sigue creciendo (2001)


Hace 20 años la economía argentina no era necesariamente de las más florecientes pero sin embargo y contra todo pronóstico en ese momento tan complicado una multinacional pudo lanzar un producto vendido como novedoso y ser un rotundo éxito hasta nuestros días: en pleno 2001 Danone Argentina (a través de su joint venture con La Serenísima) lanza en el país su "alimento lácteo llamado Danonino. Esta verdadera mina de oro rosado para las arcas de la franco-argentina fue el segundo gran lanzamiento en Argentina de estos aparentes alimentos futuristas: también por esa época se había lanzado el controvertido Actimel, en 2004 el goloso Danette, en 2005 iba el aún más bizarro Activia y podríamos decir que la seguidilla se completa en 2010 con Vidacol. Productos de un futuro cercano que prometían ambiguamente algo así como prevenir o combatir enfermedades sin ir al médico aunque sin que saliera necesariamente barato.
Vemos una de las primeras publicidades de Danonino mostrando su envase compuesto por dos pequeños envases (dosis correcta para niños, imposible de satisfacer a un adulto) de color rojo vivo... acaso no era parecido eso a un producto que ya venía a fines de los 80? A su manera, La Serenísima fue capaz de vender como algo nuevo un producto para chicos que ya era conocido antes como Petit de Nestlé. De hecho, el Petit era más sincero al decir que era queso y no yogurt o postre, mientras que Danonino siempre esquivó la pregunta de qué era exactamente. Pero si bien tanto el Petit como el Danonino fueron conocidos principalmente por su sabor frutillas, la versión de LS tuvo miles de sabores más: vainilla, manzana, durazno, combinados, tutti frutti, con cereales, etc. Para comer al natural tras sacar de la heladera o congelándolo en épocas veraniegas. Tal cual rezaba un aviso de La Serenísima de hace unos años "pensaron fuera del pote" y con los años se fueron convirtiendo en más que un pseudo postrecito nutritivo para comer con cuchara y así se volcaron a creaciones bebibles en mini botellitas coleccionables o, como vemos en la siguiente foto del año 2020, en bebible de casi 1 litro con personajes de una serie de Nickelodion. Además de recurrir a licencias internacionales, de a poco se fueron desprendiendo de aquél famoso dinosaurio, que en sus inicios parecía un adulto con voz bien ronza pero que el marketing lo fue llevando con los años a ser un preadolescente con la voz en pleno crecimiento. De él vino de todo: peluches, stickers, álbumes, cartas...


Dos décadas después Danonino sigue siendo un producto rendidor del portfolio de La Serenísima y le esperan varios años más de vida por delante: de a poco se ira cumpliendo la melancólica escena que quienes se criaron tomándolo ahora deberán considerar si dárselo a sus hijos chiquitos o no... pero si hasta ayer nomás querían la mochila del dino como nada en el mundo!

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