El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

miércoles, 13 de enero de 2021

Nos robaron el Río



Hace 15 años los medios nos hincharían tremendamente con una noticia que para muchos era del montón pero que para algunos fue una verdadera locura: el robo a un banco con toma de rehenes en un barrio coqueto de Buenos Aires pero que terminó con la huida de sus perpetradores por lo menos en su inicio. Cómo siguió la cosa hay gran cantidad de notas, libros y hasta una película abocada al tema, pero ese hecho tuvo otra característica que lo diferenciaba del montón. En lugar de ser recordado por la ciudad o el nombre de los autores además del exagerado título Robo del Siglo (ya dicho en muchos países para hazañas similares) quedó en nuestra memoria El Robo al Banco Río. El "pobre" banco quedó inmortalizado en el título, y prácticamente desde ese hecho escuchamos poco o nada de él. Qué fue de su vida?
El Banco Río de la Plata, tal cual era su nombre original, había nacido en el florido y revolucionario Mayo de 1968 con el privilegio de autodenominarse el primer banco privado de la Argentina. A diferencia de otros bancos nacidos directamente hasta en otros siglos El Río no se fundó de cero sino a través de la adquisición de Pecom (la petrolera de Perez Compacn) del denominado Banco del Este. De esa forma durante varias décadas el banco formó parte del conglomerado familiar donde también se encontraba la clásica compañía naviera Perez Compacn o la alimenticia Águila Saint y se trataba de la garantía de financiación de las futuras adquisiciones del grupo que durante los años 70 y 80 (dictadura primer o y democracia después) empezarían a crecer exponencialmente. De dicha etapa encontramos este calendario de 1982 con toda la información para el año entrante incluyendo una imagen del Papa Juan Pablo II quien recientemente había visitado el país en pleno conficto de Malvinas. Por tratarse de un objeto publicitario con gran sesgo religioso, es un calendario lleno de los "santos" de cada día y los días de cuaresma: qué banco se publicitaría así ahora? Otro detalle bien llamativo es un banderín de Perez Compacn al inicio de cada mes, exhibiendo con orgullo que son los dueños de la institución. Por esa misma época el nombre se había acortado y pasaba a llamarse escuetamente "Río" (tal vez para despegarse del Banco Francés del Río de la Plata, del Banco Español del Río de la Plata o del por entonces aún existente Banco Italia y Río de la Plata), imponiéndolo en obsequios publicitarios como lapiceras, ceniceros o cajitas de fósforos. 
En la siguiente imagen si bien es un aviso de préstamos de 1992 veremos abajo a la derecha el logo que caracterizó al banco desde 1980, con una literal corriente de agua de río corriendo debajo de las letras. Pardojas del destino durante ese tiempo su slogan era "Siempre un paso... adelante" seguido de una estruendosa sirena de barco. En definitiva, la palabra clave de su frase la usaría el Banco Francés tiempo después y durante bastante tiempo. Un gran cambio ocurría durante los años noventa: desde mediados de esa década tras el cimbronazo del Efecto tequila arrancaron los rumores de venta aunque sea en partes del Banco Río a alguna entidad extranjera como por ejemplo el Citibank, su socio en la AFJP Siembra. Finalmente el hecho se concretó en 1997 con otro comprador: el Santander de España, que ya portaba con más de 100 años de vida y unas pocas sucursales en el país, pasó a manejar buena parte del Río (los Perez Compacn se desprendieron totalmente recién en 2001) y de a poco le fue cambiando la cara. Aparece el logo que aquí veremos en la siguiente publicidad de seguros para automotores correspondiente al año 2003: un rectángulo azul con letras amarillas y de las 3 rayas del curso de agua sólo quedó una. 



Con una importante campaña publicitaria a principios de 2007 el furioso rojo cocacolesco de Santander empezó a asomar en sus sucursales. Para no resultar chocante, por un tiempo el nombre fue compuesto y pasó a llamarse Santander Río: el dueño delante. De dicha época rescatamos el próximo aviso en donde se hace referencia a la famosa campaña "Qué grande esta tarjeta" protagonizada por Juan Carlos Mesa que logró sobrevivir al nuevo período. A pesar de los cambios de dueño y nombre, fue una constante en toda su vida el uso de figuras famosas para sus avisos: supieron tener a Roberto Maidana y Julia Elena Davalos a mediados de los 80, a Juan Manuel Fangio a principios de los 90 o a Guillermo Andino a principios de los 2000 o en la década siguiente con José Luis Gioia. También hizo una campaña muy recordada el aún desconocido Nicolás Escarpino en 1998, ahí nomás cuando el Río estaba modernizando su imagen. Siguiendo esa línea cómica también intentaron tener su propia versión de "la pareja del Galicia" con un matrimonio bizarro retro llamado Stella y Amore, pero no le agradó a muchos. 


En 2016 Alejandro Fantino también le impuso sus latiguillos de entrevista a un aviso de la tarjeta Santander Río. Debajo de él aparece un aviso diferente: uno del mismo año que invitaba a invertir los dólares en el Santander Río. Tres años más tarde, aprovechando algunos retoques que le hicieron al logo principal de Santander en su casa central la filial nacional se convirtió en Santander asecas, archivando el Río para siempre. De sus últimas épocas con el nombre compuesto hasta el cocinero Cristophe Krywonis llegó a anunciar sus promociones de tarjeta.



Y llegamos finalmente al 2020, momento en el que aparece la película El Robo del Siglo dirigida por Ariel Winogrand, con Diego Peretti, Guillermo Francella, Pablo Rago, Luis luque y Rafael Ferro, entre otros. Contó con una gigantesca campaña publicitaria aunque todo lo que los espectadores venían viendo o escuchando respecto a los verdaderos ladrones desee hacía tiempo en noticieros y canales de noticias ayudó bastante a llevar gente a las salas. Por tratarse de una marca totalmente muerta jamás hubo problemas para que el logo del Banco Río apareciera todas las veces necesarias. Fue tan casual el cambio de nombre apenas unos meses después del robo que a algunos les quedó la sensación de que fue a causa de ello que el Río no existe más cuando se trataba de un proceso de por lo menos una década que, en última instancia se aceleró un poco. Un proceso que, al igual que todo lo escrito aquí costó encontrar entre tanto link referente al dichoso robo. La tapa de revista Viva de vemos aquí muestra lo que fue una parte importante del marketing de dicha película: colgarse de una serie española de Netflix para encontrarle similitudes estéticas y filosóficas, cuando en realidad tuvo mucho más jugo para explotar desde los argentinismos que derrochaba la aparente historia épica. 


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