Llega una nueva fecha de Reyes y como siempre desde El Gran Libro de las Marcas ofrecemos nuestro servicio de ofertas de nuevos juguetes que todo chico querría. En esta oportunidad una edición especial de juguetes ingeniosos y pitucos comprendidos entre 1963 y 1967, épocas en donde tal vez los juguetes no habrán tenido una tecnología muy compleja y habrá alguna que hasta se lo vea un poco terrorífico pero igualmente tenían un encanto marketinero irresistible:
Piezas plásticas para construir lo que uno quiera (y sin tornillos ni herramientas como el Mekano), marca Armijuego de 1965. Para los poco imaginativos también trae instrucciones.
Juego electrónico vendido con el aval de Philips, el Juguetronic a transistores de 1965 que se convierte en alrededor de 20 objetos distintos, como una radio o un telégrafo.
Clásica e inoxidable lotería familiar del año 1965 marca Jugal, la cual puede comprarse con el cupón adjunto si además se agregan 100 pesos para los gastos de envío.
Calzado Tousón proveniente del Intituto ídem, presentes en dos avisos de 1964. Zapatos científicos y modernos que ayudan a buscar la felicidad infantil. Además pedigrafías gratuitas.
Imprescindible juego para todas las edades que inclusive genera la distracción total de los mayores más serios, el clásico Mis Ladrillos distribuidos por Enzo Guggiari, de 1963.
El famoso robot sabio Foki el Marciano de juguetes Daisa de 1967. Con un libro electrónico que se sabe de memoria y lo demostrará hablando con luces.
Alguno de los juguetes más famosos del catálogo de 1965 de Rayito de Sol. Además de sus clásicas muñecas también ofrecen el juego de mesa de la última película de Disney.
Tres publicidades de la infaltable serie de muñecas de Piel Rosé, las dos primeras de 1966 y la última de 1967. Miryan, Mariolina, Marijose, Pamela, Alicia, Chispín, Pequitas, Yiyo y la novedad de la mamadera llorona.
Otra novedad de Rayito de Sol de 1967: pistola espacial Metrapum, que arroja inofensivos y coloridos proyectiles al espacio. Un arma que no lastima pero divierte.
Terminamos con un verdadero clásico del año 1964: el grabador Geloso sinónimo de calidad, que ayudará a la educación pero también al entretenimiento.
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