El 17 de Noviembre de 1919 caía lunes y salía la primer
Billiken a la calle, con su muy recordada y repetida tapa. Van a costar
escribir estas líneas de parte de un anteojista de ley, pero se va a hacer el
intento. Porque hasta las creaciones de García Ferré tuvieron su lugar en esa
revista primero antes de dar de salto independiente, y su permanencia y
vigencia hasta la actualidad es innegable y no se puede ignorar a la hora de
hablar de revistas infantiles argentinas. Ya sea porque le digan “el” o “la”
Billiken, esta revista sin ninguna duda atraviesa la historia de muchas
(demasiadas) generaciones de todas las edades.
Una revista que cuesta mucho no ubicarla, no conocer a
alguien que la haya leído. Aunque sea, que haya escuchado haberla usado para
reírse de un político, cuando dicen “éste ni siquiera hojeó la Billiken”. Y a
partir de ahí arrancará una eterna polémica, la que le cabe a todas las cosas
que duran tantos años, y más si era un medio de comunicación: qué tan
pedagógica y política era? Qué tan acomodaticia fue según los gobiernos
militares o democráticos? Hasta qué punto lo que enseñaba era más bien una
intención de moral y orden de corte conservador? Muchas preguntas y debates que
hace años le corresponden por igual a todos los productos de Editorial
Atlántida que, tal cual se escribió de ella hace unos meses, sigue existiendo
con apenas el 1% del poderío y popularidad de otras épocas, y teniendo ese
nombre casi de fantasía.
No siempre se lo refexiona, pero en la niñez además de los
clubes de fútbol, los programas de radio o tevé, las golosinas del kiosco y las
marcas de ropa, útiles y juguetes la revista infantil era también una posición
ante la vida. Casi que con decir que se leía (o se pretendía leer) estaba
escondido el diseño ideal de futura persona adulta. No por nada hemos dicho que
cada revista fue, a su manera, como el pequeño partido político de cada niño, al
que se defendía de la manera más fuerte posible. No daba lo mismo sus regalos,
sus troquelables, sus historietas, sus cuentos, los eventos que auspiciaba. Al
mismo tiempo, es algo difícil de explicar pero bien real lo que se
experimentaba al hojear una revista que era “de otro bando”: era como estar en
casa ajena, con ídolos ajenos, con ideales ajenos. Y nunca se tuvo un buen
perfil de alguien que le daba lo mismo comprar todo tipo de ediciones de
cualquier revista como si fuera una muda de ropa, de la misma manera que algo
sospechoso recaía sobre quien predeciblemente seguía eligiendo la misma revista
de manera demasiado similar a sus padres, abuelos, tíos, hermanos…
Billiken siempre fue un producto alegre: al igual que sus
publicaciones contemporáneas, en sus primeros años con una felicidad muy bien
establecida en los ámbitos de la rectitud y el ser nacional, con el paso del
tiempo esa rectitud se afloja y le va dando paso a otros pensamientos y
cuestionamientos: el color, los productos que llegaban de afuera, la rebeldía,
la importancia de una personalidad, los deportes, la ecología, cómics en lugar
de cuentos, enciclopedias en lugar de aburridos libracos sin dibujos, las
cartas y dibujos de lectores, toneladas de figuritas, más ídolos teen y menos
próceres. Ídolos de toda índole (El Gordo y el Flaco, Alberto Olmedo, Narciso
Ibáñez Menta, El Chavo, Los Pitufos, los artistas de Canal 13 en los 70 y de
Telefe en los 90) pasaron por sus hojas posando con algún ejemplar o
simplemente el logo, que en tantos años de vida tuvo millones de modificaciones
sin perder su esencia de ser un producto infantil. No es fácil haber manejado
tantas generaciones pero parecen haber tenido una experiencia que muy
difícilmente se pudo transmitir a otras publicaciones de la región.
Casi nunca fui de comprar números de Billiken, pero en los
últimos años de primaria en un espacio muerto entre el almuerzo y el comienzo
de las clases de turno tarde mataba el tiempo leyendo el revistero de recortes
que tenía la escuela: ahí siempre estaban las Billiken, con sus miles de dibujos,
chistes y datos escritos hasta en los márgenes. Era clara esa sensación de
estar visitando la casa de un compañero de clase, con otra cultura a la que
estaba acostumbrado. Un perfil de chico canchero (casi pedante), muy abierto al
conocimiento y el estudio, pero a un nivel justo antes de rozar lo nerd o
simplón. Un vivo bárbaro que le caía bien a todos por atorrante pero que conocía
los límites de la civilidad y las buenas costumbres.
A principios de este año saltó efusivamente la noticia de
que dejaba de publicarse: de repente, centenares de personas que hace tiempo no
tenían idea de su paradero o bien ya la tomaban por desaparecida expresaron en
redes su tristeza por la noticia. Ya estaba siendo velada a cajón cerrado, como
le había pasado al Diario La Razón, al Diario Buenos Aires Herald, a la revista
El Gráfico (antigua pariente suya), a la revista Semanario o al suplemento Sí
de Clarín. Sin embargo, un poco de esperanza surgió en aquél momento: la misma
revista salió a aclarar que estaba lentamente migrando a un nuevo formato,
pensando perdurar por mucho tiempo más. Es que la realidad es innegable: las
nuevas tecnologías ponen en jaque este tipo de publicaciones en todo el mundo,
en donde se digitaliza o se agoniza de manera muy melancólica. Y si pudo con
tantos embates económicos, Billiken se siente confiada de poder en esta época
también. En el futuro veremos si logran su cometido de seguir siendo sinónimo
de publicación educativa y recreativa para niños o un simple recuerdo, o si
perderá la pulseada contra youtubers educativos.
Lo que viene aquí es un legado envidiable, que cualquier
otra revista quiso hacer y pudo hasta cierta etapa: de Billiken se puede seguir
diciendo mucho, pero justamente no se la puede ignorar. Y su archivo y su
historia estuvieron siempre presentes: con el correr de las décadas sus
ediciones especiales dedicadas a ellos mismos ayudaron a consolidar su pasado,
no dejándolo nunca atrás a pesar de las modas. Es por eso que logramos
recolectar lo mejor que pudimos esta gran cantidad de imágenes. Algunas
corresponden a publicidades en otros medios de la misma editorial, otras son artículos
conmemorativos o recopilaciones echas por números de aniversario: a veces la
situación dio para libros aparte, otras veces algunos párrafos y no mucho más.
Verán muchas veces las fotos del primer número, muchas veces el Nombre Vigil,
muchas veces el recuerdo a Lino Palacios, muchas veces el origen del nombre,
muchas veces kilométricas estadísticas sobre el papel utilizado y la de veces
que se da vuelta al mundo, muchas veces dibujos de tortas con globos y
serpentinas, muchas veces al Mono Relojero, muchas veces a La Hormiguita
Viajera, muchas veces a nuestro próceres, muchas veces la intención de arrancar
nostalgia y emotividad a pesar del paso del tiempo. Se ha tratado de ser lo
menos redundante posible, omitiendo veces en las que se repitieron fotos sobre
el mismo tema.
Estaremos aquí contemplando este pasado y preguntándonos
cuánto realmente de futuro hay por delante, o si lo mejor ya pasó. Esperaremos
aquí también un futuro mejor (como el que tantas veces prometieron en números
de año nuevo o regresos a la democracia) en donde podamos ver reconciliaciones
con publicaciones otrora rivales: alguna vez que se acuerden de Anteojito,
donde respeten otros proyectos como La Nación de los Chicos, Disney Explora, Cosmi-k
o Humi, donde hasta tenga lugar algunas ideas más aburridas como Tintero,
Alfabeto, Croniquita o AZ Diez… pero eso sí, no se les ocurra invitar a alguien
de Genios porque se arma.
Años 40: A simple vista pareciera ser la foto del primer
número, pero no es más que un facsímil: esta reedición ocurrió para el
aniversario 25 de la revista, es decir en 1944. Una idea similar ocurriría para
sus bodas de oro, en 1969. Esta vez sí se contó con una editorial escrita
directamente por Constancio Vigil, muy poética y pedagógica. Tras su
fallecimiento en 1954, se fundaron numerosas escuelas con su nombre. Además del
contenido habitual, se colaban notas sobre cómo se hacía la revista,
estadísticas y publicidades como la leche Vascolet o el dentífrico Cum, ya
reseñados en esta página en otras épocas:
Dos avisos de Billiken de los años 60: el primero de 1964 y
el segundo de 1969. Los primeros años de competencia con Anteojito, su rival
más querido. Billiken no fue la primera revista infantil (esa se llamaba
Pulgarcito, y también la hizo Vigil) pero tantos años de vida la hacen
irremplazable.
Avisos publicitarios de 1971 y 1973. Los regalos y
troquelables no eran su especialidad máxima, pero Billiken se las rebuscaba:
uno de sus grandes fuertes era la publicidad que se manejaba, teniendo las “primicias”
de las películas y series de cada época. En esta década El Mono Relojero (guionado
en algunos capítulos por Enrique Pinti y homenajeado por Kapanga en una canción)
se hace popular y no se despega más de la revista.
Publicidad de 1975 sobre el Circo de Billiken que se montaba
en Necochea. Se mencionaban más personajes de cuentos de Constancio Vigil
vueltos historieta, como la Hormiguita Viajera o Misia Pepa. Semejante evento
ameritó la creación de una publicación especial y hasta de un LP. El personaje
de García Ferré Pi-pio junto a Calculín estuvieron presentes en ediciones
anteriores de dicho circo…
El cambio constante de contenidos y no sólo de logo, lo que
le permitió a Billiken subsustir a pesar de todo. Es lo que prima en este aviso
de 1977 donde, acorde al clima de época, Billiken recomendaba al padre lector
echarle un vistazo a la revista sin ninguna preocupación por lo que allí se
publica, ya que será material seguro.
Publicidad navideña de 1978. Además de muchos regalos y
artículos conmemorativos, la cuestión comercial de la festividad prima por
sobre lo religioso. Ése fue el espíritu de supervivencia primordial de
Billiken: lo comercial y sustantable por sobre todo, para no caer en el olvido
de los consumidores y avisadores. Algunos verán en ese espíritu un rasgo muy
conservador, predecible, poco arriesgado…
Años 70: para el aniversario 60, en 1979 Billiken edita un
muy interesante libro, del que reproducimos solo algunas imágenes, y así y todo
sigue siendo bastante. Se trata del ejemplar de esta colección que mejor pudo
interpretar la idea de futuro y pasado: gran cantidad de fotos y artículos de
antaño, separados por década y hasta con avisos representativos. Veremos así
publicidades del Kelito de Noel, de la golosina Capitan Kid de la misma
empresa, el cacao Toddy, la sal de frutas Eno, las galletitas Manón,
medicamentos Bayer y el chocolate Águila, entre muchos otros juguetes y libros.
Además se pueden ver hasta los avisos en diarios anunciando la llegada de
Billiken en 1919:
El 14 de Septiembre de 1984 es asesinado Lino Palacio,
considerado el ilustrador más incónico de Billiken entre los años 30 y 60. Fue
así que para la edición 1000 de revista Gente, ya publicada en esta página,
hubo en especial recordatorio para este artista, publicando algunas de sus
tapas más famosas.
Años 80: un muy colorido y optimista número, acorde a la
primavera alfonsinista, aparece en 1984 para el aniversario 65. No se ve bien, pero
el número de la tapa es dorado. Será la edición donde más detalladamente
explicará el origen de su nombre, por medio del mito popular que conoció un
norteamericano dando origen a los muñecos Billy Kent. Será una época
agresivamente atravesada por los Pitufos, quienes aparecerán en pósters,
historietas, anuncios de merchandising y hasta troquelables. La entrevista a su
creador Peyo estaba más que justificada. El póster central era de Mario Sapag y
hasta el enigmático de Lock Olmo estaba centrado en el aniversario:
La crisis hiperinflacionaria de fines de los 80 no es ajena
a la situación de Billiken, y por eso en 1988 (año del aniversario 70 de
Atlántida) publican este aviso confrontativo donde se escudan en su precio justo
para avalar todo el material educativo y recreativo que ofrecían. Otra vez el
cambio y la renovación para las nuevas épocas como excusa para seguirla
eligiendo.
Tapa de Billiken de 1992 con Bart Simpson como protagonista.
Esta época será marcada por todos los productos audiovisuales que se compartían
con el Canal 11, flamante nuevo integrante del Grupo Atlántida. Veremos
entonces seguido a Arturo Puig, Pablo Rago, Cris Morena, Romina Yan, Guillermo
Francella, Ricardo Darín y por supuesto, a todos los personajes del mundo de
Disney, Leonardo Greco incluido. Numerosos VHS con dibujos animados llegaron en esta época.
Años 90: para el aniversario 80 se editó este libro
especial, donde además de hablar sobre la evolución de la propia revista se
pone énfasis sobre los cambios culturales que sorpendieron a los niños de cada
generación. Nuevamente se hace una separación por décadas y felicitaciones de
numerosas empresas, como Telefe, Telefónica (nuevo socio de Atlántida, quien se
quedará con el canal 11), los cereales Kellog’s, la historieta auspiciada por
la AFIP y hasta una nota publicitaria de los alfajores Guaymallén, con sus
propios avisos retro y una visita por su fábrica. Ya se hablaba sobre la
absoluta seguridad de que Billiken seguirá en el futuro, y sorpesivamente hacen
una predicción acertada sobre leer la revista en algo parecido a una Tablet.
Años 2000: Luego de la gran crisis de 2001 y sin Anteojito
enfrente, Billiken se arriesga a pelear su liderazgo con Genios, la tv por
cable y la molesta Internet. Este número de 2004 conmemorativa al aniversario
85 ya muestra los cambios de adaptación al nuevo milenio: no hay editorial
emotiva, sólo datos sobre Los Simpsons, personajes de Cartoon Network, Britney
Spears, Christina Aguilera o Erreway. Así y todo, sobrevive a la purga nuevas
ediciones de los tradicionales cuentos del Mono Relojero, Misia Pepa y la
Hormigita Viajera, aunque se los empieza a ver sepia al lado de otras
creaciones más nuevas. Hay saludos de Coca Cola y Sancor, además de tapas
históricas y una invitación a la muestra que se realizaba en el Centro Cultural
Recoleta. Y en el medio, hasta un aviso de Magic Kids de yapa:
Recorte de la mencionada muestra para el aniversario 85 de
la revista, publicado en La Nación.
También en 2004 podías gastar un poco del crédito de tu celular bajando los exclusivos ringtones de Billiken: algunos hits de la época, horóscopo y chistes para llenar tu celular de onda...
Publicidad de un número más de Billiken en 2005, con los
infaltables fascículos de enciclopedias e historietas de personajes conocidos
de la tv. Floricienta también apareció bastante en esta revista, llegando a
convocar hasta un casting para apariciones especiales en su segunda temporada…
Años 2010: en una época donde las revistas infantiles van
desapareciendo sin decir adiós, se convierten en meros suplementos de otras
revistas o se limitan a regalar cosas referentes al producto de moda para
subsistir, ahí sigue Billiken (ahora mensual) quien no puede escapar a este
colapso y casi que desaparece, para pesar de muchos ex lectores. Le da la nafta
y publica en Octubre de 2019 la edición especial por el aniversario 100: mucho
más acotada que todos los festejos anteriores, una sombra del pasado apenas. Se
comenta el Billi-Fest llevado a cabo en septiembre,
se sigue recordando al “Campeón de la Temporada” del primer número, vuelven a
nombrarse lectores destacados como Olmedo, el Chavo o Antonio Berni (ya no sale
el locutor José María Muñoz, que sí salía en la edición de 1979), más tapas
históricas y un curioso final “abiero”, por así decirlo: su última página es la
publicidad de su canal de Youtube. Saldrán más números en papel o todo quedará en
esa propuesta de volverse youtubers, comentando curiosidades escolares y
reseñando sobres de figuritas? El tiempo lo dirá…
Esta última foto fue sacada durante 2019 antes de enterarnos de la salida de un número aniversario, pero igual es una curiosa imagen sobre la actualidad de la revista: en la Feria del Libro de Rawson (San Juan) se vendían enciclopedias de antiguas ediciones de Billiken, incluso de hace más de 10 años, es decir antes de producirse el último cambio de logo. Entre medio de publicaciones variopintas, descansan algunos ejemplares de la revista infantil más importante del país, a un precio seguramente más bajo que lo que costó cuando se conseguían nuevos y había que comprar la revista obligadamente...
Excelente megapost!
ResponderEliminar¿Actualmente (2019-2020) existe alguna revista infantil, tanto nacional como extranjera?
Es que a medida que uno fue creciendo, perdió contacto con este tipo de publicaciones, y al no tener hijos o niños pequeños en la familia, mucho más.
Por otro lado, estaría buenísimo ver datos de ventas anuales de cada revista infantil.
Gracias.
Martín de Burzaco.
Quisiera poder conseguir la mayor cantidad de Revistas Billiken en formato digital.
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