El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

domingo, 9 de junio de 2019

Alfajor de surtidor


En todos los rincones de este bendito país hay escondidas miles de estaciones de servicio YPF: algunas más modernas y complejas y otras con el resabio estético de la época previa a la privatización en los años 90. De todas esas, hay un elemento que posee la mayoría que es muy difícil de ignorar: su rincón de productos comestibles, que en los últimos años se los ha denominado YPF Full o simplemente Full. En esos lugares no solamente se puede comprar una gaseosa o un paquete de galletitas sino también ingerir productos hechos por la misma empresa, como facturas o hamburguesas. Lugares de buena calidad pero un precio temible.
Pasando de casualidad por la puerta de uno de esos Full leo en un cartel que a propósito era de un furioso fucsia la frase “Puede ser negro o blanco” (parafraseando a Michael Jackson en español?) y dos alfajores se asomaban detrás: eran alfajores marca Full, o sea propios de la estación. Empezaba a hacer memoria sobre si estos alfajores se trataban de un invento nuevo o una simple promoción de algo ya lanzado hace rato, pero no recordaba alguna vez previa donde hubiera visto un producto así.
Luego de preguntar a varios y que no registraran tampoco la presencia del alfajor en su vida, recurriendo a Internet sólo nos aparecen noticias entre 2015 y 2016 referentes a que la marca YPF Full planeaba sacar al mercado productos con su marca, entre los cuales mencionaban alfajores y bolsitas de semillas… ¿estamos hablando de que existen desde esa época o fue un proyecto que se cajoneó y recién ahora aflora? Por una vía o la otra, la conclusión es que son alfajores de perfil muy bajo y que se los ha mencionado muy poco, para lo cual era un aliciente animarse a probarlos. Son fabricados por los mismos del alfajor ése que se llamaba My Urban, el cual era bastante bueno pero sufría de exceso de marketing…
De entrada llama la atención, como se ve en las fotos, que sean anunciados como “alfajor de chocolate blanco” o “chocolate negro”: habitualmente el resto de las marcas no suele usar esos términos para autodenominarse. Como mucho aclaran “blanco” o “negro” pero era una curiosidad que se llamaran así, en épocas que hay que resumir y abreviar todo.
Primero se probó el alfajor blanco: el olor y sabor de su cobertura se asemejaban a un Milka blanco, pero a diferencia de éste no tiene mousse en su interior sino dulce de leche. Es una cantidad buena si exagerar, y han sido capaces de generar que no sea el sabor invasivo de la golosina: es un producto más sabor a chocolate blanco que a dulce de leche, el cual no es muy empalagoso ni abundante. Algo ideal para mí entre tantos alfajores con cantidad industrial de dulce de leche…
En el caso del negro, su aroma, su sabor inicial y la contextura de sus galletitas de masa recuerdan fuertemente al alfajor Terrabusi clásico. Hasta esa semi esencia de licor anda dando vueltas por la receta. Y es evidentemente eso, una esencia ya que no hay mención a licor o similar entre sus ingredientes. Lo que sí está muy presente es su gusto a chocolate amargo. Justamente la única revisión que se encontró en la red es de un usuario que, demasiado envalentonado para mi gusto, jura y perjura que es exactamente igual con alguna que otra teoría conspirativa encima sobre su receta.
No son alfajores de caigan mal para el paladar alfajorero tradicional, no son sabores extravagantes que vengan a querer cambiar nada establecido: son de consistencia blandita, traen lo justo de dulce de leche sin hartar y tienen buena terminación, sin pedazos sin bañar o migas excesivas cuando se los come. Eso sí, a tono con el resto de los artículos de estos locales su precio es bastante elevado y al valer lo que un alfajor triple de buena calidad (y puede que más) siendo simples puede encarecer rápidamente las ganas de comprarlo… para qué si cualquier otro alfajor que vendan ahí va a ser más barato y llenador, aún con el extra que le cobren?
Quería finalizar esto con esta reflexión: a la hora de pedirlos no me sentía cómodo diciéndoles “alfajores Full” y me salió naturalmente decirles “alfajores YPF”, y pregunto… no hubiera sido una idea mejor haberlos llamado así? No suenan un poco más queribles y simpáticos con ese nombre? Quién no querría comprarse un alfajor que tiene el nombre de esa petrolera que a pesar de todo le cae bastante bien a los argentinos? Acaso el Full no suena demasiado cool pero frío mientras que YPF da mucho más popular y entrañable? Piénsenlo cuando quieran sacar más productos a la calle…

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