El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

miércoles, 5 de diciembre de 2018

El eterno retorno del yogur natural



Gran despelote ha generado estos últimos meses los constantes lanzamientos que ha realizado La Serenísima. No sólo cambiándole el diseño a todos sus productos sino lanzando productos de manera bastante desprolija: hay un Yogurísimo Firme tamaño vaso tradicional con un packaging nuevo pero también viene el firme “en dos mini vasitos” con un diseño diferente siendo el mismo producto, lanzaron sabores especiales de manzana rallada y pera con manzana con nula publicidad, hay una supuesta botella de frutas tropicales que jamás vi en ningún local y está anunciada hace meses…
En ese contexto, han relanzado un producto considerado antiguamente como algo anticuado pero que tiene motivos de sobra para ser exitoso ahora: el famoso yogur “natural”, endulzado o no. Un grandísimo ahorro para la empresa, porque se dedicaba a vender el  mismo yogur que antes venía con cereales pero cobrándolo a precio de novedad. Tal como tituló el sitio Iprofesional, “Un yogur doble propósito: ideal para la crisis y también para el mercado gourmet”. Para la novedad, lo clásico. Restarle producto a los consumidores pero considerarlo eso como algo bueno, dándoles la posibilidad de agregarle al yogur lo que ellos quieran… eso que antes corría por cuenta de la propia compañía! A favor de ellos está lo positivo de ampliar un poco el mercado con un producto siempre necesario, y que antes del lanzamiento el único producto al que se podía recurrir masivamente para recetas o para ocupar en una yogurtera era el Sancor Natural.
El supuesto nuevo-viejo yogur natural tuvo una grandísima campaña todo este año pero además ha comenzado a salir muy tímidamente otro producto casi igual: el denominado yogur La Serenísima “Original”, también natural endulzado. No es un producto barato, viene en un coqueto envase más chico todavía que el de La Serenísima… cuál sería el justificativo de querer comprar esto y no el otro? Algo de eso tratamos de resolver…
Por el momento no está disponible por ningún lado cuántos son los sabores disponibles de este yogur original: llegué a ver el (otra vez) sabor natural endulzado, alguien en twitter publicó uno que venía con colchón rojo (de vuelta la pregunta: si ya hay un yogurísimo con colchón de frutas… para qué compraría éste que es mucho más caro?) y el que apreciamos en la foto que se pudo degustar: uno que venía con colchón del intrigante limón y jengibre.
De entrada lo que más se seduce del producto, como se dijo, es su nostálgico envase: desde la disposición de las letras hasta su formita transparente evocan a los antiguos envases de vidrio, algo similar a lo que hace desde hace algunos años marcas de mayonesa como Hellman’s o Ri-k usando envases plásticos como los de antaño. Esa época que duró hasta fines de los 80, cuando la globalización hizo que todo se diversificara e industrializara y se perdiera la calidad de muchos artículos. En todos estos casos hablamos de imitaciones de plástico: el vidrio sigue relegado a los porrones, los frascos de café y las gaseosas retornables.
Algo de lo que presuntamente difiere al natural Yogurísimo es su color y consistencia: mientras que éste último es pastoso y de un blanco bien químico y artificial, éste original de La Serenísima era bastante más amarillento y de una consistencia más compacta que parecía una leche agriada o una mayonesa cortada: a pesar de ese supuesto aspecto el sabor era lo más sorprendente de todo…
Se trata de un yogur de muy buen sabor, con el punto justo de dulzor, es bien diferente del otro natural o del que viene con cereales: incluso puede llegar a disfrutarse como si fuera un postre de lo rico que es. Respecto al limón y jengibre le aportaron unas notas amargas interesantes (se percibe como microscópicas ralladuras del susodicho cítrico) que no desentonan. Ese colchón es lo más intrigante de todo: ¿Quisieron hacer un producto tradicional retro, uno naturista o uno gourmet fashion? Este yogur quedó como un híbrido entre los tres…
Es bastante recomendable para el que quiera probar este tipo de cosas, aunque hay que sentarse en un banquito a pensar sinceramente si vale la pena o no comprarlo, ya que es bastante caro: se consigue entre 50 y 60 pesos…
Para terminar no se puede dejar de mencionar al yogur premium Dahi, que fue considerado en redes sociales como la verdadera fuente de inspiración de este concepto: yogur en verdadero frasco de vidrio y alto precio, para un público bien segmentado. Tampoco soy de los suertudos que pudo conseguir este producto que se afana de ser difícil de conseguir…  

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