El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Llegó la cultura ítalo-oriental


No contentos por haber lanzado hace unos meses los poco enloquecedores Raviolini, la gente de Giacomo (o sea los mismos dueños de La Virginia) han decidido jugar más fuerte y han lanzado un producto, lógicamente una pasta, que pretende competirle a un nicho muy particular. Se trata de los tradicionales vasitos de fideos con caldo tan queridos por el mundillo otaku (y muchos solteros vagos para la cocina) y que son fácilmente reconocibles con la marca Maruchan pero también hay otras como Nissin o Sapporo.
El producto no es esencialmente igual a los que ofrecen los anteriores (podría decirse que es un producto “argentinizado” o “europeizado” si lo prefieren) pero el concepto es exactamente el mismo. Vamos a aclarar algunas diferencias pero irán viendo que la idea está muy emparentada con esa comidita tan presente en los últimos años.
El producto en cuestión no busca tener un nombre oriental sino bien italiano: Giacomo con Tutti. No contiene los clásicos cabellos de ángel sino una especie de tirabuzones llamados Fusilli o Macaronis según el envase. Hay 3 sabores disponibles: hongos, salsa filetto y pollo. No necesitan ser cocinados en microondas, apenas requieren de agua hirviendo que se debe reposar alrededor de 3 minutos y ya se pueden comer. Como muestran las fotos en su interior viene el sobrecito con el saborizador y hasta un tenedor que cuesta un poco armarlo y que encastre correctamente. Preferible mil veces comerlo con un tenedor o cuchara “de verdad” antes que andar con esa versión en plástico, salvo que no quede otra. Otro punto que los asemeja con los productos de la otra parte del mundo es justamente su origen: esta pasta instantánea viene importada de China.   
Se llena con agua hasta el relieve que se aprecia en las fotos y finalmente puede comerse sacándose fotos. Como todo producto Giacomo, serán pequeños fideos que se hincharán perturbadoramente con el paso de los minutos, no crean que van a quedar chiquitos. La esencia del sabor probado (fellini con hongos) es muy similar a las Maruchan y por ende no es para nada desagradable, aunque en este punto se da a pensar que no hay ninguna razón por la cual el tradicional consumidor de Maruchan quiera migrar a Giacomo: salvo por la novedad, son bastante similares… por el precio quizá? Éstas valen 50 pesos…
Párrafo aparte merecen las tradicionales polémicas que giran en torno a este tipo de productos: qué tan saludables resultan ser? Comentarios al margen sobre sus supuestos componentes cancerígenos como el glutamato, lo que no se puede negar de ningún caldo concentrado es su alto contenido de Sodio. En el caso de Giacomo con Tutti, viéndoselas venir por ese lado lo advierten en el propio envase: recomiendan regular la sal y el sabor echando más agua si es necesario. Efectivamente, en mi caso hubo que llenar hasta el tope para que no resultara demasiado salado. Es una característica propia de todas estas sopas. Tampoco viene mal aclarar que cualquier cosa que se coma día y noche como un producto de éstos muy saludable no resultará. Al no ser cocinados en microondas y al ni siquiera mencionárselo en el envase, queda la duda sobre si es un envase apto o no para ser metido allí: siempre se supo decir que las dioxinas liberadas por estos plásticos de los envases en la comida pueden ser altamente tóxicos…
Hay que reconocer el esfuerzo de Giacomo de querer meterse en un mundo muy especial del cual no hay antecedentes de grandes marcas que pretendieran su porción.  El producto está bien logrado (se nota el sabor de caldo de hongos Alicante, de la misma empresa, dando vueltas por ahí), aún no tiene publicidad pero seguramente saldrá en estos días.  Desde el nombre Con Tutti y el estilo de pasta se trata de desarrollar un producto masivo, no que sólo sea tomado por adolescentes o jóvenes adultos: apelar al tradicional discurso de “una idea práctica cuando estás en apuros, para tus hijos, etc” será lo que seguramente se diga de ellos. Una curiosa combinación de la tradicional pasta italiana familiar y tradicionalista de Argentina con el moderno e individual “instant lunch” de las sopas orientales. Es como si fuera un producto hecho para los que fueron niños comiendo Capeletini y ahora se han independizado y quisieran seguir usando la marca de sus mamás. Como fuere, es una extraña pareja étnica de la que no se sabe cuánto tiempo puede durar…

1 comentario:

  1. Genial el artículo, me enacantan porque soy medio otako y un queso cocinando. Yo todavía no me las cruzé por ningun lado, las tengo en pendiente. Ahora mismo estoy antojado de una. Siempre hay que tener una en la alacena, te puede salvar un almuerzo.

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