Hace 50 años
llegaban al mercado unas galletitas que parecía que tenían un futuro,
promisorio, pero que rápidamente desaparecieron y hoy son muy poco recordadas.
Sin embargo, ello no significa que la fórmula de dicha galletita no haya tenido
éxito. Muy por el contrario, sigue más vigente que nunca. En 1968 Bagley
producto unas galletitas llamadas Americanas, con colores bien característicos
y compuestas de cereal integral. Una respuesta de la empresa a las tendencias
de cuidado de la figura que ya se hacían sentir, aunque con la grata sorpresa
de no haber recurrido a lo típico de esa época (relacionar lo dietético
únicamente con las mujeres) sino a emitir un mensaje difundido a cualquier
consumidor. En la imagen vemos la publicidad de 1969, es decir la que un año
después de su lanzamiento ya se jactaba que esta marca tendría mucho futuro por
delante. El significado de su nombre no tiene mensajes subliminales ordenados
por la Casa Blanca ni la CIA, simplemente tenían ese nombre por hacer
referencia a la costumbre estadounidense tan arraigada de desayunar con cereales,
buscando entonces “argentinizar” el hábito: en lugar de comerlos con leche,
comerlos en galletitas como se solía hacer por acá. Es sólo un rumor, pero se
comenta que los celos que sufrieron las divas Criollitas y Traviata fue tan
grande que Bagley decidió cortar el hilo del lado más fino. Más allá de que no
prosperaron, Bagley siguió produciendo galletitas con cereales con distintos
nombres: para fines de los 80 producían las marcas Aldeanas (con salvado) y las
Livianitas (con salvado y avena). También estaban las Supreme (de agua más
clásicas) junto a, por supuesto, las inmortales Criollitas y Traviata. Aquellos
nombres que no les están sonando sufrieron una bruzca transformación en 1991 y
pasaron a convertirse todas en las “Galletitas Familiares Bagley”, mostrando varios
colores característicos: marrón claro para las de “cereal” surtido verde para
el salvado, azul para las con sémola, marrón para las de soja, rojo para las
sandwich y las celestes para las tipo sin sal. Hasta apareció el paquete amarillo
“Tost”, la perfecta competencia para las Tosti de Canale. Una publicidad que
ocupaba los latiguillos de Macaya y Araujo en sus relatos ayudó a imponer esta
línea. Las variedades agridulces aparecieron un poco después, ya para 1993.
Luego de la crisis hubo un resurgimiento de esta línea mezclando las de salvado
con agua y las agridulces de vainilla y chocolate, pero como podrán notar desde
esos años a la actualidad la única que sobrevivió fue la de salvado, renombrada
como “Salvado Bagley”. Así que la próxima vez que muerdan una galletita de
salvado de éstas, piensen que en su composición puede que aún exista algo de
aquellas antiguas y hoy ignoradas 35 americanas que venían en cada paquete…
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
Yo fui el chico de la publicidad de galletitas americanas, caminando en el colectivo escolar. Me gustaria encontrar esa publicidad
ResponderEliminar