La guerra de los
jabones en polvo y suavizantes está en pleno auge. Se gesta una fuerte
competencia con muchos frentes: por un lado la disputa jabón popular vs jabón
de alta gama: Ala o Drive contra Ace o Ariel. También hay que sumar la constante
amenaza que representa el frente de jabón línea media baja, como Zorro, Granby,
Federal o Limzul. El enfrentamiento también puede ser polvo contra líquido,
multinacional anglosajona contra peruana, precio libre contra precio cuidado,
etc. Pero entre tantas marcas ya recontrainstaladas… alguien se acuerda del
jabón Rindex? Este jabón económico llegó a la Argentina entre 2003 y 200 de la
mano de P&G, los fabricantes de Ace, Ariel y que recientemente han traído
las versiones importadas de jabón Tide y suavizante Downy. Aquí podemos ver el
primer envoltorio que se vio en el país, en un pequeñísimo envase rojo que
comparte la hoja junto al detergente Camello, las pastillas para baño Crivea, el limpiador Brasso y
el concentrado Ala, todos de la misma época. Que la leyenda “con perlas
revitalizadoras” no los engañe: en realidad eso venía en el jabón Ala pero se
le colocó ahí arriba para disimular una extraña mancha de la etiqueta. Ya para
2005-2006 apareció el segundo diseño, con el mismo envase rojo pero las letras
eran blancas y verdes en lugar de rojas. Ni en su primera etapa ni en la
segunda tuvo mucho éxito: a pesar de una intensa campaña publicitaria (donde
una mujer le tiraba una toalla a su esposo gritándole que le pasara una
verdadera toalla limpia) y la experiencia que representaba P&G en el
mercado de jabones, Rindex es recordado por muy poca gente. Tal vez su nombre,
de producto químico de los años 60, no haya prendido en los consumidores. Tal
vez el resto de jabones económicos resultó más atractivo que esta nueva propuesta.
Lo cierto es que Rindex es un éxito en otros países, donde existe desde hace
décadas: desde 1954 en Colombia, desde 1958 en México y desde 1947 en
Venezuela, por ejemplo. Como puede verse, Rindex llegó demasiado tarde al país
(cuando la torta ya estaba bastante bien repartida) y no pudo sacarle demasiado
a los demás. Aunque su paso fue fugaz, desde El Gran Libro de las marcas
recordamos su existencia y no nos olvidamos de su fugaz intento de quedarse en
el país, pero lamentablemente abrieron el desagote del lavarropas y se fue para
no volver…
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
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