Por alguna razón
que desconocemos, la gaseosa de naranja de Coca Cola, Fanta, ha hecho un cambio
drástico de logo: abandona sus tradicionales colores de azul oscuro para pasar
a tener un logo con letras blancas. A su vez este cambio también genera
modificaciones a la botella, que si bien no era muy antigua terminó sufriendo
un rediseño por igual. De esta forma la gaseosa de naranja más famosa en el
mercado (que ya logró superar hace rato a sus competidoras más antiguas como Mirinda
o Crush) busca la manera de seguir en boca de todos realizando un cambio
meramente estético, mas no de fórmula. El tiempo hizo que pasara de ser una
bebida familiar a una muy vinculada al target juvenil, como casi todas las
gaseosas famosas. Cada vez está más lejos de su curioso origen: ni más ni menos
que durante la Alemania Nazi, en 1941. Quien manejaba la sede de Coca Cola en
esos lugares en aquella época se vio impedida de importar el jarabe tan secreto
de la cola más famosa: los Estados Unidos le hacían el vacío comercial. Para no
cerrar las plantas, optaron por producir una bebida con lo que se pudiera
conseguir en la zona: de esta forma nace Fanta, compuesta originalmente con
suero de leche, cafeína, restos de mosto e manzana, azúcar de remolacha y hollejo de naranjas, ingredientes que nadie
utilizaba porque eran la sobra de otras producciones. El nombre Fanta derivaba
de las primeras letras de “Fantasie” (Fantasía en alemán), una expresión que se
le vino a la mente a un empleado veterano de la fábrica de Coca Cola luego de oír
la consigna para buscar el nombre: “Hay que dejar volar la Fantasie”. La
gaseosa fue un éxito rotundo y vendió casi la misma cantidad de botellas que su
hermana de cola. Se sospecha que estos números estaban inflados ya que mucha
gente compraba Fanta no para tomarla como pensamos sino para utilizarla como endulzante
para infusiones: el azúcar escaseaba. Luego de finalizada la guerra, Coca Cola
vuelve a tomar el control de las sedes alemanas y todo retorna a la normalidad:
vuelven a producir Coca, pero Fanta pasa a ser archivada. Recién en 1955 se
decide relanzarla a nivel mundial, y podría decirse que así nace como la
conocemos hoy. Su botella de vidrio llena de mini cilindros sea probablemente
un buen recuerdo en la mente de muchos, de haberla visto o tomado en algún bar
antiguo. Primero su logo era como un badén totalmente azul con letras blancas, luego
se hizo naranja y finalmente desde 1972 las letras azul oscuro en fondo blanco,
torcidas. Su sabor característico obviamente es la naranja, pero todos estos
años se cansaron de sacar otras variedades: la más famosa era la de pomelo,
pero también supieron o saben venir las de uva, frutilla, ananá, agua tónica, lima
limón, manzana verde, maracuyá, banana y hasta el bizarro sabor yogurt
proveniente del Japón. Allá por el 2006 supo venir una variedad de color azul,
que nunca llegué a probar: Fanta Calypso. Desde 2016 se estaba gestando la
llegada del nuevo logo a nivel mundial y en esta época le tocó a Sudamérica: nada
impresionante que haga cambiar mucho el gusto de los consumidores pero logra el
cometido de que por un instante le prestemos atención a la marca, una atención
que antes no le habríamos prestado. Eso sí: si hay que elegir por gustos, yo
siempre me quedo con la Mirinda o la Fanta de Madarina que fabricaron como
edición limitada hace 10 años…
Rodeada de
naranjas verdaderas vemos una lata con el nuevo logo de Fanta, más blanco que
azul. A su lado la ahora retro botella que también supo tener un diseño de “estrangulada”,
y que increíblemente hoy venden como novedad…
En primer plano
el diseño simple y alegre de Fanta que estuvo vigente entre 2009 y 2016. Por
detrás aparece el recorte de una lata de Fanta de 1994, cuando sacaron una
edición especial promocional de la película El Rey León.
Mención especial
para esta creación argentina: el helado Fanta, fruto de la unión comercial entre
Coca Cola y Arcor en 2010. De dicha unión también salieron otros productos como
pastillas Powerade o chicles Sprite. El helado fue un éxito y aún hoy se lo
puede ver…
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