El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

lunes, 13 de junio de 2016

Sólo importa lo de afuera...

Es lo que más vemos de los productos que elegimos, y cuando por fin los tenemos en nuestro poder listos para ser consumidos duran apenas segundos en nuestras manos. Gran parte de la vida de los envases de muchos artículos se divide entre las góndolas y los basureros. Pero existen unos pocos privilegiados que caen en las garras de coleccionistas y se vuelven objetos de culto, verdaderas cápsulas del tiempo de otras épocas, esas épocas donde siempre las cosas parecen tener mejor sabor y hacían mejor a la salud. Compartimos ahora algunos envases de distintos comestibles, principalmente lácteos, rastreados por María Lucía Santagata.

Como quien no quiere la cosa, en apenas 3 imágenes se entrecruzan 3 generaciones bien distintas de yogures La Serenísima: primero el formato ochentero donde se aprecia el niño rubio que también aparecía en el Serenito, luego el formato con el nombre "Yogur Entero" que se lo identifica tan fuertemente con los 90 y finalmente el que le le tocó vivir la llegada del nuevo milenio y que perdura hasta hoy: el Yogurísimo.

La versión "con crema" es la más mítica, pero todos estos yogures enteros de La Serenísima igualmente tuvieron muchos adeptos. Hay sabores para elegir: frutilla, vainilla y el exótico ananá, tan exótico en esos años como ahora...

Desde el universo Lactona aparece el clásico Yogurbelt, una marca de yogures que no necesitaba los términos "light", "diet" o "0%" para hacer referencia a ese universo de las bajas calorías. Este yogur descremado sobrevivió durante los 90 bajo el ala de Parmalat y tras el quiebre de esta última fue rematada hace poco, y hoy es propiedad de Baggio, empresa que también compró la marca Sandy y la convirtió en chocolatada... veremos algo referido a Yogurbelt en el futuro, aunque sea una leche descremada? tal vez...

Vos también estabas verde: Yogurbelt en su momento tuvo que competir con aquellos nombres fuertes que La Serenísima desarrolló para el mercado descremado. En un primer momento existió el Descremado La Serenísima, y desde 1993 LS le desarrolló a su línea verde un nombre inoxidable que perdura hasta hoy: Ser, sinónimo de salud y de comer supuestos productos ricos sin culpa, un tema siempre discutible...

No sólo de LS se alimentó la Argentina de antaño: aquí encontramos también dos envases de yogures Sancor con su diseño grafitero-neón de principios de los 90: entero con trozos de fruta y entero sabor banana. Años después nacería Yog's, el actual nombre de los yogures Sancor, y esto ayudaría a acercarse a Yogurísimo.

En un mundo casi dominado por Casancrem, también supo tener sus buenos tiempos el queso Mendicrim... pero el original! aquél desarrollado por Osvaldo L. Mendizábal. Con un logo un poco retocado, sigue dando batalla luego de haber pasado por las manos de Nestlé y Sancor.

Mientras un vaso de Tab mira con recelo desde el fondo, posan todos juntos carios envases de yogur con fruta de La Serenísima.

Hay un Pacman en mi cuchara: ese logo tan particular fue la insignia de Casanto, pero tras la compra de LS su calidad se fue al tacho y se convirtió en una segunda-tercera marca de los Mastellone. En sus mejores tiempos podíamos encontrar este tipo de productos: yogur entero con pulpa y su archipublicitado Casancrem (en este caso sin sal).

Una mermelada Arcor de 1990 con ese logo que, a pesar de sus más de 15 años de defunción, aún es considerado por la mente de muchos como EL logo de Arcor... 

En épocas de tantos enlatados, siempre se puede disfrutar de alguno con un toque retro: de todos, obviamente el más conocido es el Canale, con ese logo que duró hasta los años 90.


Y para terminar, esta linda imagen con muchos potes ochentosos: Gandara, LS, Chambourcy (con su logo que mutó y se volvió el oficial de Nestlé por un tiempo) y los menos populares  Inverlac y Dulesnea

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