A la hora de hablar de productos para combatir el acné, una sola marca argentina es la que la mayoría de la gente recuerda, sin importar la edad: Barrocutina. No sólamente este producto cosmético ha permanecido en el mercado durante décadas, sino que también su slogan es igual de histórico: "Con los deditos no!" Tal vez muchos de los que utilicen la frase no sepan de dónde proviene o la han escuchado sin prestarle atención, pero lo cierto es que la frase está definitivamente instalada en el vocabulario popular. Al tratarse de un producto para el target actualmente denominado "teen", es inevitable que la estrategia para cautivar consumidores esté en permanente cambio, ya que las juventudes nunca son las mismas. Aquí tenemos tres períodos publicitarios de la marca bien distintos, con generaciones bien distintas: la primera es de fines de los 60, y es la que más fuera de lugar nos parece: un cuidado lenguaje que no tutea al púber, el intento de venderlo como un producto principalmente femenino y de ahí el tercer detalle llamativo; un lenguaje más cerca al de una crema para las arrugas o un shampoo que para una crema para el acné. El segundo caso es drásticamente distinto, y con cambios radicales: nos trasladamos hasta 1992, época en la que circulaba con bastante éxito la revista-diario juvenil 13/20. En dicha revista aparecía Barrocutina como auspiciante, pero de manera casi encubierta: era quien presentaba las "Historias Desgranadas", una serie de historietas con continuidad con un poco de acción y comedia. En este caso ya nos encontramos con las "Nuevas historias desgranadas", evidentemente una edición posterior a la que fuera primogénita. A su vez, ya para estos años el target para este producto era universal: chicos y chicas. Finalmente, pasamos al tercer caso un poco más reciente: en 2005 aparecieron estas publicidades para la marca, esta vez bajo un laboratorio diferente, un tal "Esme", que es el mismo que sigue fabricando la crema ahora. No sólo el lenguaje está actualizado (lleno de lugares comunes para los adolescentes, y un tuteo infaltable) sino que el producto se diversificó: ya no es sólo un aplicador tópico para granitos, sino ya todo un complejo set de limpieza para aplicar en un momento y orden bastante específico. Igualmente el aplicador que los llevó a lafama estaba intacto. Por aquellos mismos años también el Con los Deditos No se difundía en spots radiales. Igualmente la época de esplendor de la marca ya había pasado, pero conservaba su salud y efectividad. En la actualidad Barrocutina se sigue vendiendo casi con los mismos envases que el aviso de 2005, aunque tal vez quienes deban comprar estos artículos tengan más fijada en la cabeza los productos Axepsia (gracias a su violentísima campaña publicitaria) que estos otros, y es casi un milagro que Barrocutina no esté formando parte de GenomaLab, pero aún resiste. Otra cuestión es el la calidad: las veces que supe usarla no recuerdo que haya sido un mal producto, pero no sé si la Barrocutina actual es igual de buena o regular por lo menos. Lo cierto es que muy a pesar de ellos, Barrocutina no pudo hacer desaparecer el mal hábito de reventarse los granitos con los deditos, es un flagelo juvenil que aún conservamos...
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
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