Con el mejor estilo Banda de Cantaniño, estos chicos le cantan a su postre favorito, un producto que aunque ya hace años no existe en el mercado varios igual desearían volver a comer: el postrecito Sandy de La Vascongada. Durante años este postrecito de chocolate, vainilla y dulce de leche (sus tres primeros sabores tradicionales) y su inoxidable patito, en este caso con la boina radical, hicieron las delicias de muchas generaciones infantiles ya pasadas. El origen de su nombre no es muy honroso: se trató de la copia de un postre producido por Parmalat en los años 70, llamado Sandy's. Copiándole el nombre del producto extranjero, una marca nacional evita que la marca original pueda asentarse en su zona, y si se le suma una buena calidad, se asegura buenos dividendos exclusivos. A pesar de que Sandy fue un éxito, La Vascongada no pasó por una buena etapa durante los años 80: llegó a quebrar y no es de extrañarse en ese sentido que al poco tiempo pasara a ser vendida, irónicamente a Parmalat en 1992. Esta empresa láctea italiana también adquirió por esos mismos años a Gándara, Yogurbelt, Saavedra, Lactona y Patagonia Alimentaria, entre otras. La marca Sandy, como dijimos exitosa, logró perdurar durante toda la década del 90 y primeros años del 2000 sin problemas, con el mismo envase (aunque sin la V identificatoria de su ex dueños) y el mismo patito, aunque con toda la estética de la época y abandonando su aspecto naif. Tengo idea, aunque no estoy seguro, que durante los 90 existió una serie especial de estos postrecitos con envases de colores, los cuales luego de vaciarse tenían a sus costados rendijas de encastre, para jugar con ellos como si fueran cubos de juguete. Tal vez no haya sido el Sandy, pero su envase era muy similar. Tras la quiebra en 2004 de Parmalat en su Italia natal, la filial argentina pasa a manos de un empresario llamado Sergio Taselli, alguien quien tiene la costumbre de comprar empresas en quiebra para ajustarlas e irlas desvalorizando en sucesivas declaraciones de quiebra, para ser recompradas por monedas. La cosa recién cambiaría para 2013, cuando Baggio compró la marca Sandy, al igual que Yogurbelt. Al mismo tiempo, La Serenísima se quedaba con Saavedra y Lactona, mientras que los Supermercadistas Chinos se quedaban con Gándara, marca que fabricaba el Fitty, el famoso postrecito con piecitos en su envase y que varios confunden con el Sandy. De los chinos mucho ya no se puede esperar, pero... y Baggio? ¿Se animará algún día a fabricar nuevamente el postrecito del que ahora son dueños? Han pasado dos años del hecho y aún no ocurre nada, quizás hay que esperar a que la economía mejore un poco para poder sacar del freezer al patito que tantos añoran...
El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!
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