El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

jueves, 16 de junio de 2016

Nivea Azul, como el mar azul (1970)



Son realmente pocas las marcas que tienen el privilegio de haber construido a lo largo de su historia una imagen tan sólida que trasciende las décadas y permanece inmutable. El caso paradigmático es el de Coca Cola o General Electric, pero esa condición también la tienen algunos productos cosméticos. Hoy hablamos de una marca tan conocida por las chicas de hoy como por las abuelas de antaño. Nivea es una verdadera reliquia dentro del mundo de las firmas que producen artículos de cuidado personal no sólo por su historia sino por haber llegado a la actualidad sin terminar siendo absorbida por las gigantes de siempre como Unilever o P&G. Nivea nació en Hamburgo, Alemania,  en el lejanísimo 1882, y su nombre significa "níveo" es decir de color blanco, pero no es un término germano sino latino. Y siempre perteneció a la misma compañía: Beiersdorf, compañía adquirida por Nivea en 1890. Sus fundadores provenían de diversos rubros: Oscar Tropiowitz (empresario), Isaac Lifschütz (químico) y Paul Gerson Unna (dermatólogo). Su producto estrella es sin dudas su crema hidratante, la cual es nada más ni nada menos que un invento de su autoría: en 1911 patentaron el mentado producto (denominado específicamente "emulsión estable de agua en aceite"), que hasta el día de hoy (con sus lógicas transformaciones de época) sigue teniendo éxito. No sólo fueron pioneros en el cuidado de la piel, sino también en materia de beneficios laborales: muchos años antes que Google pusiera de moda jornadas de trabajo informales, Tropiowitz ya había desarrollado los horarios de trabajo más breves para sus empleados, almuerzos diarios gratuitos, bonos de fin de año, sala de lactancia para madres que amamantan, centro de cuidados para obreros, fondo de pensiones, vacaciones pagas, etc. Y como no hay que olvidarse que era una compañía que trabajaba con la estética, también puso su pata en la construcción de estereotipos de belleza: en 1924 realizaron en Berlín el histórico "casting" de Chicos Nivea, el cual fue un verdadero suceso para la época. Un año después repetirían la experiencia, pero con chicas. En este mismo ocurriría algo mucho más importante: nacería la presentación en latita con ese azul marino inconfundible (previo a ese momento la lata era amarilla con verde), algo imposible de no relacionar actualmente con Nivea o sus imitaciones. Posteriormente el negocio se expandiría hacia otros artículos de higiene: cremas para afeitar, shampúes y protectores solares. Semejantes años de bonanza llegarían a su tope tras la Segunda Guerra Mundial, momento en el que Nivea sufrió expropiaciones en distintos países en donde operaba. El nazismo trató de boicotear y combatir de muchas formas a la empresa, principalmente por el origen judío de sus accionistas y gerentes, pero terminado este período, Nivea renacería nuevamente y conseguiría de manera definitiva la conquista por el mercado mundial. En los años 50 explotarían un gran producto publicitario: la pelota Nivea, una simple versión 3D de su latita. Para los 60 llega una verdadera innovación: la crema en versión líquida, en botella, la cual no logró hacer desaparecer a la presentación clásica. Y dentro de su expansión mundial la Argentina obviamente estuvo en sus planes. Así llegamos al primer aviso, de 1970, donde sólo les bastaba con mostrar la famosa lata semiabierta para saber de qué se estaba hablando a la hora de anunciar. Este simple aviso, de aparición mundial, quedó en la mente de muchos y fue uno de sus anuncios más efectivos hasta la fecha (una publicidad mil veces más agradable a las últimas que supo tener, con hombres gritando ante el ardor de echarse desodorante en las axilas). En fin, de ahí en más la marca no se fue nunca del país, y se pudieron ver en mayor o menor medida los siguientes avances que la compañía realizaría: el after shave a mediados de los 80, desodorantes en 1991 y productos anti-age en 1998. Así llegamos a la actualidad, donde vemos dos publicidades con productos Nivea bien adaptados a los tiempos actuales: un antitranspirante que protege axilas y una crema corporal de aroma a frambuesa. Pero igualmente la clásica latita sigue vigente, apareciendo en los anuncios publicitarios fusionándose con las cremas de la nueva era. Además Beiersdorf se agrandó un poquito y aparte de Nivea poseen las marcas Atrix, Eucerin, Curitas y Labello. Igualmente todo esto no significa que Nivea no haya tenido tropiezos en su historia: en 2009 desarrollaron en España una línea de maquillaje adolescente (labiales, delineadores y esmalte para uñas) que duraron muy poco en el mercado. Son innumerables las veces que la ANMAT tuvo que retirar del mercado lotes de sus cremas contaminadas. También en 2012 tuvieron un altercado con la cantante Rihanna, al prescindir de ella como modelo publicitaria por considerarla demasiado provocativa para la imagen que pretendían dar. Es que se ve que una marca tan antigua y con tantos fantasmas de tantas épocas encima algo de conservadora tenía que resultar.

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