Los
siguientes chicos con sus respectivas gorritas K so son ningunos militantes
sino niños de 1980 publicitando la novedad del momento: los originales Kalkitos
que en esta oportunidad contaban con una edición especial de los personajes
clásicos de Disney.
El
sistema de estos libros y sus plantillas no podía ser más simple: había que
traspasar a las hojas de los libros las figuritas tipo transfer que venían en
una lámina de poliéster rayoneándoles encima con un lápiz. Dichas figuras
podían ir a parar a los escenarios vacíos que los mismos libritos ofrecían (en
cualquier posición) o bien sobre cualquier papel y haciendo o diciendo lo que
se quisiera, fomentando de esta forma la posibilidad de usar personajes
populares en todo tipo de historietas caseras. Para los faltos de imaginación
también estaba un texto aclaratorio al final de cada librito, explicando un
poco la escena que se supone que se está representando, pero por suerte no era
obligatorio obedecerlo.
Este
sistema de calcado fue desarrollado durante demasiado tiempo por la empresa londinense
Letraset, aunque la técnica sólo estaba relegada al uso de texto. Este sistema
se lanzó al mercado en 1964 y la patente fue exclusiva durante un tiempo
considerable, manteniendo prácticamente un monopolio del calco. De las aburridas
letras para adultos luego vendrían las denominadas “Instant Pictures” con
dibujos para adherir a donde se quisiera: ya para 1966 el sistema Transfer ya
permitía figuras a color. En 1969 el título de este producto de moderniza y
pasa a denominarse de una forma que muchos pueden recordar mucho más: “Action
Transfer”. Ya sea bajo su primer nombre o el segundo fueron saliendo series con
licencias de personajes diversos: los de Hanna Barbera, los superhéroes de DC
Cómics y también series sobre eventos históricos y películas, siendo Star Wars
de las más recordadas.
El
negocio de Action Transfer se va diversificando y Letraset va cediendo su
licencia a diversas empresas europeas: es así que llegamos al “joint venture”
con Gillete que deriva en el nacimiento de Kalkitos en 1977. Tamién estaba
Presto Magix en Estados Unidos.
La moda
de los Kalkitos en la Argentina se reflejó principalmente en las series de
libritos y láminas creadas para el programa español “Érase una vez el hombre”
pero también estaban las series Battlestar Galactica y Brigada A. La publicidad
de la foto apareció en una revista Anteojito, pero paradójicamente los Kalkitos
tuvieron mucho que ver con su competencia Billiken. Es que la revista de
Atlántida editó a principios de los 80 las versión nacional de los Kalkitos con
historia argentina: el libro con los fondos panorámicos se hacían en el país y
las láminas de transferencia podían ser importadas de Alemania o Italia.
Tras su
boom de ventas a principios de dicha década (por lo menos hasta el ‘83) tanto
en el país como en el resto del mundo fue decayendo el interés por este hobbie:
la creciente industria de los juegos electrónicos fue relegando a este tipo de
creaciones hacia lo antiguo. La empresa principal, Letraset terminó salvando
las papas de sus finanzas dedicándose a vender las licencias de sus fuentes
tipográficas a los incipientes procesadores de texto de las computadoras de la
época.
Pero así
como el mercado de figuritas alguna vez se lo quiso digitalizar y fracasó (y
por suerte sigue vivo como siempre), los Kalkitos tampoco se dejaron domar
fácilmente y se resistieron a quedar en el olvido. Una de las últimas noticias
que se tuvo sobre la marca es que desde 2010 y por lo menos hasta 2018 una
empresa de Singapur compró la marca y se dedicaba a seguir editando libritos
con su respectiva lámina de dibujos para transferir en imágenes ahora bastante
más realistas. Inclusive existía la posibilidad de pedir por mail alguna
edición especial de algún tema personalizado. Y lo decimos en pasado porque
todas sus redes y su página web están inactivas desde esa fecha… o directamente
inexistentes.
Como
sea, a pesar de tanta informatización que vivimos, un pasatiempo así aún puede
ser un punto de contacto entre padres e hijos: ponerse a inventar historias,
dibujarle cosas alrededor, intentar transferir sólo una parte del calco,
pintarlos… no hay ni habrá nunca dos Kalkitos iguales!
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