El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

lunes, 13 de julio de 2020

Elige tu propia aventura calcada (1980)


Los siguientes chicos con sus respectivas gorritas K so son ningunos militantes sino niños de 1980 publicitando la novedad del momento: los originales Kalkitos que en esta oportunidad contaban con una edición especial de los personajes clásicos de Disney.
El sistema de estos libros y sus plantillas no podía ser más simple: había que traspasar a las hojas de los libros las figuritas tipo transfer que venían en una lámina de poliéster rayoneándoles encima con un lápiz. Dichas figuras podían ir a parar a los escenarios vacíos que los mismos libritos ofrecían (en cualquier posición) o bien sobre cualquier papel y haciendo o diciendo lo que se quisiera, fomentando de esta forma la posibilidad de usar personajes populares en todo tipo de historietas caseras. Para los faltos de imaginación también estaba un texto aclaratorio al final de cada librito, explicando un poco la escena que se supone que se está representando, pero por suerte no era obligatorio obedecerlo.
Este sistema de calcado fue desarrollado durante demasiado tiempo por la empresa londinense Letraset, aunque la técnica sólo estaba relegada al uso de texto. Este sistema se lanzó al mercado en 1964 y la patente fue exclusiva durante un tiempo considerable, manteniendo prácticamente un monopolio del calco. De las aburridas letras para adultos luego vendrían las denominadas “Instant Pictures” con dibujos para adherir a donde se quisiera: ya para 1966 el sistema Transfer ya permitía figuras a color. En 1969 el título de este producto de moderniza y pasa a denominarse de una forma que muchos pueden recordar mucho más: “Action Transfer”. Ya sea bajo su primer nombre o el segundo fueron saliendo series con licencias de personajes diversos: los de Hanna Barbera, los superhéroes de DC Cómics y también series sobre eventos históricos y películas, siendo Star Wars de las más recordadas.
El negocio de Action Transfer se va diversificando y Letraset va cediendo su licencia a diversas empresas europeas: es así que llegamos al “joint venture” con Gillete que deriva en el nacimiento de Kalkitos en 1977. Tamién estaba Presto Magix en Estados Unidos.
La moda de los Kalkitos en la Argentina se reflejó principalmente en las series de libritos y láminas creadas para el programa español “Érase una vez el hombre” pero también estaban las series Battlestar Galactica y Brigada A. La publicidad de la foto apareció en una revista Anteojito, pero paradójicamente los Kalkitos tuvieron mucho que ver con su competencia Billiken. Es que la revista de Atlántida editó a principios de los 80 las versión nacional de los Kalkitos con historia argentina: el libro con los fondos panorámicos se hacían en el país y las láminas de transferencia podían ser importadas de Alemania o Italia.
Tras su boom de ventas a principios de dicha década (por lo menos hasta el ‘83) tanto en el país como en el resto del mundo fue decayendo el interés por este hobbie: la creciente industria de los juegos electrónicos fue relegando a este tipo de creaciones hacia lo antiguo. La empresa principal, Letraset terminó salvando las papas de sus finanzas dedicándose a vender las licencias de sus fuentes tipográficas a los incipientes procesadores de texto de las computadoras de la época.
Pero así como el mercado de figuritas alguna vez se lo quiso digitalizar y fracasó (y por suerte sigue vivo como siempre), los Kalkitos tampoco se dejaron domar fácilmente y se resistieron a quedar en el olvido. Una de las últimas noticias que se tuvo sobre la marca es que desde 2010 y por lo menos hasta 2018 una empresa de Singapur compró la marca y se dedicaba a seguir editando libritos con su respectiva lámina de dibujos para transferir en imágenes ahora bastante más realistas. Inclusive existía la posibilidad de pedir por mail alguna edición especial de algún tema personalizado. Y lo decimos en pasado porque todas sus redes y su página web están inactivas desde esa fecha… o directamente inexistentes.
Como sea, a pesar de tanta informatización que vivimos, un pasatiempo así aún puede ser un punto de contacto entre padres e hijos: ponerse a inventar historias, dibujarle cosas alrededor, intentar transferir sólo una parte del calco, pintarlos… no hay ni habrá nunca dos Kalkitos iguales!

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