El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

viernes, 6 de octubre de 2017

La gaseosa que Coca Cola no quiere que tomes! (mentira)


“No tomamos Coca Cola / no tomamos Seven Up / nosotros tomamos vino / que es industria nacional” era un típico cantito de los años 80 que intentaba bastardear a las bebidas multinacionales. Curioso que aún dicho cantito no haya sido ocupado por Manaos para hacerse autobombo, ya que prácticamente en esas palabras se esconde la estrategia de marketing que esta marca de gaseosa nacional con nombre brasilero viene implementando en los últimos años. Luego de la crisis de 2001, las segundas marcas de gaseosas recibieron un tremendo espaldarazo para crecer y diversificarse, ya que las gaseosas de marca se volvieron inaccesibles para muchos. Una vez que pasó ese período, fueron pocos los que siguieron consumiendo esa línea de productos: la amplia mayoría regresó a las marcas extranjeras tradicionales y nombres como Beach, Vergel, Danna, 365 cola, Torasso o Naran Pol volvieron a considerarse marcas “de segunda” en todo sentido. Manaos justamente nació luego de ese fenómeno (en 2004, en La Matanza) y trató a toda costa de llevar agua para su molino de una manera bien diferente sobre todo desde hace algunos años (2014 en adelante para ser exactos) cuando inició una agresiva campaña para imponerse en la mente de los consumidores. A esto hay que sumarle el factor suerte, que hizo que gran cantidad de adolescentes se identificaran con la bizarrez de la marca y ocuparan el nombre de la gaseosa en incontables memes, tweets, estados de Facebook e Instagram y mil lugares juveniles más. Su creador tiene una personalidad acorde a su gaseosa: se llama Orlando Canido y se adjudica el haber creado el nombre, el slogan que tanta gente corea y hasta los esbozos de los guiones que supieron publicitar personalidades como Martín Palermo, Enzo Franchéscoli, Rodolfo Ranni, Osvaldo Príncipi o el Chaqueño Palavecino. Canido estuvo 30 años dedicado a la venta de soda, y en dicho negocio logró en el año 2000 imponer una gaseosa que no producía pero sí distribuía: se llamaba Sao, y su nombre emulaba a un producto brasilero porque en aquél entonces el aparentar ser importada le sumaba un atractivo comercial importante. Esa misma estrategia se ocupó para Manaos 4 años más tarde, aunque ya se trate de una idea vieja y el propio fabricante se arrepienta de haberla llamado así. Ahora, ya bastante tarde para hacer cambios, Manaos se jacta de competirle frente a frente a la temible Coca Cola, una competencia que supuestamente incomoda mucho a la bebida yanqui pero como es obvio que dicha empresa nunca admitiría o negaría una cosa así, resulta entretenido jugar a que hay “pica” con un rival que protocolarmente difícil responda. Desde la misma campana se denuncian constantes sabotajes por parte de las multinacionales (con tornillos oxidados que descomponían la fórmula incluidos) prácticamente desde el día de su fundación, y comentan que tuvieron una oportunidad para verse cara a cara con los distribuidores de Coca y Pepsi en una convención en Munich… pero el dueño de Manaos se metió allí sin decir de dónde era para que las otras marcas no se enteraran de su expansión. Qué se yo, a veces es difícil creerles estas cosas, pero la caradurez para seguir saliendo al mercado les da una cuota de simpatía que el público sabe agradecer. Como parte de sus rimbombantes campañas publicitarias, este año publicaron este aviso publicitario disfrazado de noticia donde podemos enterarnos de varias cosas: que la empresa en realidad se llama RefresNow (?), que cuentan con una gran cantidad de apoyo de diversas empresas que aparecieron con un avisito, que es inminente la salida de Manaos Light (la cual ya apareció en el mercado, con una etiqueta platinada que emula la Coke Light) y cuáles son las marcas que producen aparte de Manaos: podemos ver al agua saborizada Placer, el agua mineral Villamanaos (tiemblan Villavicencio y Villa del Sur), la gaseosa Bichy “ahora”, el agua “El Corazón Argentino” y el fernet con cola Fernandito VII. Respecto a este último artículo, el mismo Canido le aseguró al sitio Apertura que en cuanto pueda lo discontinúa ya que no le interesa ese tipo de productos para jóvenes… y en la misma sintonía rechazó la producción de energizantes o la compra de bodegas. Una moral curiosa para un empresario, aunque no han dejado de sonar desde diversas fuentes rumores sobre maltrato a comunidades indígenas mientras se talaban bosques en Santiago del Estero para una de sus plantas. De ser cierto, sería una curiosa doble moral si se tiene en cuenta que en el mismo artículo se pone mucho énfasis en el medio ambiente. Como sea, su gaseosa cola de a poco ha ido ganando adeptos en todo el país: su sabor es sorprendentemente bueno, y si bien no es igual igual a la Coca Cola, es un sabor decente a medio camino entre otras colas también pasables como la Doble Cola o la Talca. Están los que la compran sin culpa (a la más popular de cola pero también a sus sabores naranja, lima limón, pomelo y limón tipo Pritty) y quienes definitivamente no les gusta o bien no la comprarían en su vida, vaya uno a saber si por conocimiento de causa o simplemente prejuicio. Vaya uno a saber cuçal será el destino de una marca que ha crecido tanto en apenas 13 años de vida: casos explosivos de crecimiento argentino ha habido muchos, pero por lo general no suelen terminar bien. Sin pretender llamar a la desgracia, felicitamos que en tan poco tiempo una marca haya podido conocerse rápidamente y que a pesar de su estilo gronchesco (pero querible, como el Diario Crónica) haya podido hacer sonrojar a la yanqui Coca Colay juegue una virtual Cola War antiimperialista… aunque sea desde nuestro inconsciente y en el fondo todo sea muy incomprobable.

Pequeño bonus track: toda la lucha de Manaos habría sido inútil si en todo esto no hubieran participado las galletitas Pitusas. Una marca que si bien no tiene nada que ver con la gaseosa de RefresNow se los emparenta con facilidad por ofrecer un combo perfecto de calidad y precio… y de también haber sido beneficiada con la varita mágica de fama automática gracias a las redes sociales… Vamos Pitusas!   


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