El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

miércoles, 21 de mayo de 2014

Mini permitido


Las papas fritas Pringles pueden tener muchas descripciones: caras, ricas, tentadoras, olorosas, exclusivas, etc. Pero no hay que olvidarse de una palabra que las describe muy bien: CALÓRICAS. Como será que en muchas guías de nutrición se utiliza la expresión "papa de tubo" para hablar de ellas, separadas de las papas fritas tradicionales, que increíblemente tienen muchas menos calorías. Hoy por hoy existen las Pringles Light, pero muchos pueden decir que "no es lo mismo, les falta gusto". Para subsanar la demanda de quien quiere seguir comiendo dichas papitas y no cebarse y bajarse un tubo completo (o bien para economizar) aparecieron en algún momento (capturado por el amigo Teve Seis, quien nos facilitó la foto) los mini-tubitos de Pringles, que en un principio no tuvieron denominación específica (tamaño escolar, tamaño económico, tamaño pequeño) pero desde hace unos pocos años este mini-envase ya tiene nombre y apellido: Pringles Grab and Go, expresión heredada de muchos otros productos americanos "al paso", como los cereales (no necesariamente las barritas, sino las pequeñas bolsitas personales de cereal) o las golosinas. Una buena idea dentro de todo, ya que después de comer este mini-permitido, uno ya se dió el gusto del antojo de comer papas (en este caso de crema y cebolla, en mi opinión el mejor gusto) y es muy dificil que uno quiera comerse otro, ya sea por estar lleno o bien porque ya se gastó el dinero de dos o tres meriendas para comprar este mísero tubito...

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