El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

miércoles, 3 de julio de 2019

Tu dosis justa de chocolate



Cómo marcha su Semana de la Dulzura? Si tienen ganas de regalar algo realmente innovador (por lo menos para nuestro mercado) pero basado en algo clásico, les tenemos el vistoso producto de la imagen, otra vez de la marca Rocklets: se trata  del Rocklets Up, un dispositivo que para alguien fanático de los confites de chocolate va a saber apreciar… por lo menos en un principio, hasta que le pase la novedad.
Como pueden verse en las fotos, se trata de una especie de tarro de vitaminas Centrum que cabe en la palma de la mano y que al agitarlo se lo escucha lleno de confites. Algunas páginas de venta lo promocionan como "dispenser lúdico" y otros simplemente como un tubo relleno de chocolate confitado. En su parte superior tiene una tapita que me hace acordar mucho a los antiguos envases de Sucaryl, donde salía de a una pastilla a la vez. A ver si se entiende el mecanismo: quien sostenga el aparato deberá adivinar qué color de Rocklet va a salir, y elevar el tambor del envase: como se ve en la tercer foto, dentro hay como una especie de mini-centrífuga con un palito que se va al fondo, y que al devolver el frasco a su posición original siempre arrastra un confite a la superficie: de esa forma, cada vez que se hace este movimiento el tarrito te sube a la superficie de a un confite: éste será comido por el realizador del movimiento si le acertó al color. Si no, se lo come otro.  Puede costar entender el mecanismo, pero dándose maña se va entendiendo.
Este juego de desafío tal vez no resulte demasiado atractivo para jugar mucho (sobre todo porque no es muy entretenido comer de a un confite a la vez) pero el diseño del tarro y lo bien que funciona lo convierte en un producto querible. Ofrece además la siguiente ventaja: la tapa blanca de su superficie se puede retirar como un tupper, permitiendo volverlo a llenar de nuevos Rocklets y jugar eternamente. Curiosamente, el relleno original que trae el juego es de apenas un poco menos de la mitad de su capacidad.
Resulta demasiado sospechoso que Arcor haya ideado por su cuenta semejante dispositivo: muy probablemente alguna golosina extranjera haya tenido éxito vendiendo un producto similar, pero por el momento esa marca no la rastreamos…. habrán sido los M&M? Sí podemos resaltar que últimamente han ido apareciendo ideas innovadoras con estos confites: el año pasado los huevos de Pascua Rocklets trajeron unos auriculares de buena calidad, en estas últimas Pascuas venía una caja con un tablero para jugar a una especie de ruleta con ellos, Rocklets Haloween sabor chocolate blanco (muy adictivos), tuppers y vasos llenos de ya saben qué cosa colorida…
Definitivamente es un regalo ideal y muy creativo para dar en esta Semana de la Dulzura, aunque la tentación de querer dejar de jugar, abrir la tapa y mandarse todos los confites de una vez como una lata de gaseosa es muy grande, y para las mentes un poco retorcidas está dando vueltas también el morbo de estar jugando con un pastillero de medicación que te deje bien “Up”…

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