Las épocas primaverales hacen que florezcan y renazcan muchas cosas; por lo que es un buen momento para rememorar cuando hace 25 años Arcor realizaba una importante campaña publicitaria para presentar en sociedad su nuevo logo, que es el que con algunos retoques perdura hasta la fecha.
Corría el año 1996 y los ejecutivos de la golosinera-alimentaria cordobesa veían la necesidad de modernizar su imagen, viendo que a esas alturas de la vida la empresa había crecido bastante y estaba lejos de la monotemática caramelera fundada en 1951. Tras algunos fallidos intentos de intentar simplemente retocar el logo que ya se tenía en ese entonces (el nombre Arcor sobre un cilindro azul bajo un Sol naciente, que estaba vigente desde 1976) se llegó a la conclusión de que lo mejor era una idea totalmente nueva, a merced de que se había cambiado tanto en esos 20 años que hacía falta una identificación diferente. A pesar de esto último, el logo que se terminó aprobando, creado por la agencia Lando & Asociados, y que es el que vemos en las fotos de este folleto de presentación es sospechosamente similar al primogénito que tuvo Arcor en 1951, diseñado por su fundador el mismísimo Fulvio Salvador Pagani. Sin embargo, éste último era blanco y negro y la nueva versión de fin de siglo era azul y amarillo, como una manera, según los nuevos creadores, de decir que en su diseño habían conservado la impronta de aquél logo que tuvo ese Sol naciente durante dos décadas.
Y si que habían crecido en esas primeras décadas: no solamente habían comenzado a ampliar su negocio a otros países como Paraguay, Uruguay, Brasil, México, Perú y Chile entre los 70 y 90 sino que durante los 90 se habían avocado a la adquisición de otras compañías de golosinas como Águila-Saint, Noel, LIA y la chilena Dos en Uno.
A través de las páginas de este folleto y a pesar de todo lo antes nombrado, terminamos viendo una idea de implementación que prosperó muy poco: que Arcor se identificara por divisiones y cada una de ellas tuviera un color distintivo. Verde para los alimentos (por ejemplo las verduras en conserva o la polenta Presto Pronta), rojo para las golosinas (como los chupetines que en ese tiempo vivían la transición de dejar de llamarse Arquito para pasar a denominarse Mr. Pops desde el 2000), marrón para los chocolates (como su inoxidable Bon o Bon o sus versátiles Cofler) y rosa-lila para las galletitas, las cuales pasaban a unificar desde ese entonces tanto lo que era marca Arcor como lo que hasta ese momento se conocían como galletitas Águila, como las Maná o las Saladaix. El chocolate Tofi fue particular: dejó de aparecer con el logo de Águila pero no fue absorbido por el de Arcor, y un cuarto de siglo después se sigue manteniendo así, independiente.
Este plan de tantos Arcor coloridos como si fueran confites no sobrevivió más allá del fin de la Convertibilidad, pero ese logo que en abstracto pareciera tener un Sol que se proyecta desde Arroyito (y que este folleto insinúa que puede ser una interpretación del Planeta Tierra) perduró sin problemas hasta el presente siendo el logo más estable de toda la historia de Arcor, y difícilmente vaya a cambiar al margen de mayores adquisiciones, fusiones, reestructuraciones o demás destinos de la multinacional argentina.
Lo que sigue medio flojo es su slogan: el "Todo un símbolo" que plantearon en 1999 para presentar el logo es igual de trillado que el actual "No nos da lo mismo" o el que tuvo en los 90, "calidad que conviene", que los podría tener cualquier empresa o marca por igual sin que se note algo distintivo. Tal vez, el mejor que tuvieron fue ése que decía "Le damos sabor al mundo", a principios de los 2000...
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