Entre tantas
cosas que se pudieron ver en el viaje a Chile de la semana pasada que ya
comenté hoy quería hacer una mención aparte a una marca que me venía causando
curiosidad hace mucho y que me encontré de casualidad dentro de un mal: aquella
famosa cadena de hamburguesas cuadradas estadounidenses llamada Wendy’s, la
cual tenía hace tiempo ganas de probar. Se trata de la tercer empresa mundial de
restaurantes de comida rápida en importancia, ubicada por detrás de las
predecibles en el ránking Mc Donald’s y Burguer King. En la Argentina
puntualmente el podio está bastante cambiado, ya que Mostaza es la segunda en
cantidad de locales, sólo siendo superada por los arquitos dorados: Burguer
viene tercera y Wendy’s ni figura, ya que sólo posee escasos 8 locales:
demasiado pocos como para pretender ostentar alguna posición de privilegio en
el ránking. Wendy’s como tal nace en Ohio, USA, a fines de los 60 y desde
entonces se dedica a la venta de hamburguesas por sobre todas las cosas. No se
caracterizan por tener una marca estrella como si ocurre con el Big Mac o la
Wooper, sino que le buscaron la vuelta al negocio y por sobre todas las cosas
publicitan alardeando sobre la calidad y el tamaño de sus productos. Ése es
casualmente el espíritu sofisticado que vemos en la primer imagen: el individual
sonde se cuestionan por qué no podrían ellos vender hamburguesas cuadradas. La
pelirroja pecosa que caracteriza a la empresa efectivamente existió: era la
hija del fundador Dave Thomas, llamada Melinda Lou Thomas. Siempre se
caracterizó por un menú bien acotado pero de alta calidad (y más caro que los
competidores) y con dicha política arranca en 1972 su negocio de franquicias. Llega
a Canadá para 1978 y su primer país fuera de América en el que plantan bandera
es Alemania. Cuando llegamos a los años 80 nos encontramos con un mercado
demasiado centrado en el binomio Mc-Burguer, así que en 1984 Wendy’s decide
encargar una campaña publicitaria que quedaría en la historia norteamericana:
señoras mayores que se juntaban a comprar hamburguesas “de la competencia” y se
indignaban porque los trozos de carne eran demasiado pequeños. La frase “Where’s
the beef?” que decía una de estas señoras fue replicada en miles de comerciales
posteriores y hasta llegó a colarse en el debate presidencial que se desarrolló
ese año en Estados Unidos. En años posteriores la frase aparecería en infinidad
de películas, series y dibujitos animados. Siempre me dio la sensación de que
la mejor traducción al criollo de semejante frase sería “Cuál es la verdad de
la milanesa?” pero es una idea mía. Increíblemente, esta campaña terminó
abruptamente en 1985 debido a que la actriz que había tomado fama por decir la
famosa frase (Clara Peller) protagonizó un comercial para salsas enlatadas y se
limitó a decir que allí encontraba la carne que tanto buscaba. Semejante
sacrilegio la condenó a desaparecer de este tipo de comerciales para siempre.
Un poco de karma le iba a esperar a Wendy’s en los años posteriores por esta
crueldad con la viejita: sufrieron entre fines de los 80 y principios de los 90
una fuerte reestructuración que derivó en masivos despidos y cierres de
filiales menos rentables. Finalizando dicha década se suma el eslabón argentino:
tras arribar al país para la misma época en la que Pumper Nic se estaba fundiendo,
terminan huyendo en el 2000 de manera demasiado abrupta. Su regreso triunfal
sería en 2011, cuando el fondo inversor dueño también de Havanna decide
apostare nuevamente al negocio por esta región. En el medio de tantos años la
empresa siguió sufriendo transformaciones: falleció su fundador Dave en 2002,
fracasó en su tarea de diversificación comprando locales de donas y comida
mexicana y hasta había logrado por un brevísimo tiempo, en 2012 llegar a ser la
segunda cadena más popular de USA. Tras haber finalmente conseguido probar las
famosas hamburguesas cuadradas, debo decir que la sensación fue cruzada: no
eran para nada malas, pero tampoco se trataba de un producto para volverse
loco. Casi que son de sabor similar a Mc Donald’s, salvo por el detalle de
tener un pan menos agridulce. Salvo esto, son bastante parecidos. De todas
formas, la experiencia vale un montón y ayuda a tener una idea más abarcativa
de lo que son estos pintorescos locales de fast food, aunque algo de pena de
sigue teniendo por la pobre señora de la publicidad yanqui, que falleció al
poco tiempo de su condena al ostracismo corporativo…
Individual de
Wendy’s en territorio chileno. En dicho país la empresa existe recién desde 2015.
En este poco tiempo han abierto muchos más locales que en Argentina. También
fue el mismo fondo inversor el responsable de su llegada.
Cartel
publicitario de Wendy’s que exhibe con orgullo sus hamburguesas cuadradas más
famosas: las Dave, en homenaje a su fundador.
Aderezos, cajita
de papas fritas y ticket de Wendy’s. El logo que vemos existe desde 2013:
previamente había mantenido el mismo (con una tipografía tipo saloon Western) desde
1983.
Recorte del año 1999
que anunciaba los planes de expansión que estaba teniendo en ese momento Wendy’s
en Argentina. El slogan es el mismo, traducido, al que se ve en las cajitas de
papas chilenas a pesar del paso del tiempo. Faltaba menos de un año para su
quiebra y cierre total…
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