Páginas Amigas

sábado, 19 de mayo de 2018

La importancia de llamarse Frávega



Sorprendió, impactó, asustó, enojó y causó gracia. Todo eso junto. Pero en una sola expresión logró el objetivo principal de la publicidad: llamó la atención. De un día para el otro, y sin demasiadas explicaciones, los logos de las redes sociales de Frávega cambiaron de nombre y pasaron a denominarse Fàbregas. Para sumarle un poco se misterio, algunos diarios tuvieron las típicas promociones para el mundial con el nombre cambiado. No pasó mucho tiempo para que echaran a rodar las conjeturas: cambiaron de nombre sin previo aviso? Se trataba de alguna promoción por el mundial particular? Alguna campaña publicitaria incógnita? Y la opción menos creíble pero que increíblemente algunos la pensaron: habían hackeado las páginas? Hubo que esperar un poco hasta que se confirmó lo más obvio: fue un pequeño juego publicitario relacionado con el futbolista español del Chelsea Cesc Fàbregas. 
Fue también un anuncio que buscó burlarse de los publicistas chantas y que pretenden arreglar con sarasa sus horribles campañas, algo cada vez más evidente. No sería extraño que hayan aún más chistes internos en esta serie de avisos del mundillo publicitario. Así que para los que andaban tan asustados respecto al cambio de nombre, en realidad sigue todo como antes. Al igual que Ribeiro, Garbarino, Márquez, Bonessi, Dismar y Comesa, su nombre no tiene ningún misterio: se trata simplemente del apellido del fundador, Oreste Frávega. 
Tuvo la peculiaridad de nacer exactamente en 1910, una fecha que le sirvió para hacer en 2010 una serie de comerciales con Ricardo Darín y Susana Giménez, pasando por sus épocas más incónicas. Ya estamos todos bastante acostumbrados a su logo con letras negras y un óvalo azul con negro. Se trata, si prestan atención de un “reestyling” de su logo insignia clásico: un simple óvalo con las letras adentro, que según la época variaban los colores. Más de uno debe tener presente este diseño que comentamos, sobre todo con los colores amarillo y verde que son los que más perduraron. Dicho formato sí que duró décadas: en nuestra primera imagen tenemos un aviso de 1972 de… un tocadiscos Barret! Que podía conseguirse por sólo “cuotas” (ahhh para saber cuántas vas a tener que venir) de 1990 pesos del momento. Pueden verse además la lista con las 11 sucursales que tenía por aquellos tempranos años 70. Diez años después ya iban a estar rozando los 30 locales. Y ya que hablamos de algo vinculado a los discos, vale la pena recordar que un sistema de promociones que durante años caracterizó a la compañía: unos pequeños “disquitos” de plástico que se usaban para descuentos en sus sucursales. Varios jóvenes de los 60 y 70 compraban sus LP’s allí, pero Frávega también se caracterizaba por vender electrodomésticos de todo tipo: eso fue y sigue siendo su fuerte. Es lo que vemos con mayor claridad en la siguiente publicidad, correspondiente a 1987, donde no sólo aumentaron notoriamente su número de sucursales (denominados ostentosamente "centros comerciales", para seguriamente justificar el término Ciudad Frávega) sino que comenzaba a brindar varias formas de financiación y hasta crédito para hacer llegar al cliente varios tipos de cocinas marca Sirena, para que los pocos Australes que se tengan en el bolsillo no sean un impedimento para el éxito en la venta.
En esta época además empezamos a ver en varios de estos avisos ese extraño bicho, de color marrón y muy sonriente, que estuvo presente durante décadas. Siempre creí que era un perro, pero aquella publicidad de Susana y Darín de 2010 lo supieron presentar como oso y tiene algo de sentido, ya que hacía juego con el slogan setentoso “No te hagás el oso”: sea el animal que fuere, esta mascota de Frávega caracterizó la buena predisposición y calidad de atención de sus empleados, así que tiene lógica que hoy ya ni lo recuerden. ¿Qué empresa hoy puede enorgullecerse diciendo que tienen una buena atención y con empleados que tienen idea de lo que venden sin que te manden a googlear? En la tercer imagen volvemos a ver a este oso (presumiblemente llamado también Frávega) en un aviso de 1997 anunciando una nueva tarjeta de beneficios. Ahí nomás, entre el 98 y 99 se produjo el cambio de logo que perdura hasta hoy, jubilando al pobre oso sin derecho a indemnización. No obstante tuvo la suerte de, en sus años mozos, convertirse en un muñequito de juguete para los niños. 
Desde entonces Frávega supo tener avisos como los de la cuarta imagen: muy tecnológicos, impersonales y fríos pero a tono con la moda de entonces. La foto de la izquierda es de 2001 y la de la derecha, de 2005. Atrás dejaban términos como “cuotas chaucha y palito” para pasar a decir slogans más cool como “Primeros Siempre” o aparecer en placas de novelas de Pol-ka. Las videocaseteras y televisores flat eran la principal fuente de búsqueda, pero también supieron abrir fronteras hacia el mundo crediticio. Fueron más allá y hasta se dedicaron a la fabricación (ejem, ensamblaje) de sus propios productos en Tierra del Fuego, Electrofueguina SA, para así abaratar sus costos: PCs, netbooks y tablets marca Admiral. 
Su óvalo es ahora apenas un mínimo recuerdo violeta y azul al lado del nombre, ése que sigue siendo intocable a pesar del paso del tiempo y del reciente fallecimiento de Raúl Frávega, uno de sus últimos dueños pero que también había creado hoteles, barrios privados y resorts. Pueden sacarnos la cabeza con los precios y los costes de envío, ofrecernos ofertas de Hot Sale de dudosa honestidad y hasta atenderte de favor… pero no se metan con el nombre! Eso sí que es la gota que puede rebasar el vaso…





1 comentario:

  1. Llegue acá buscando una foto del oso con las manos sucias que salía en la revistas de ofertas en los primeros años de la 90 dónde decía "en frávega no nos lavamos las manos" pero no la pude encontrar en Internet :(

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