Sorprendió,
impactó, asustó, enojó y causó gracia. Todo eso junto. Pero en una sola
expresión logró el objetivo principal de la publicidad: llamó la atención. De
un día para el otro, y sin demasiadas explicaciones, los logos de las redes
sociales de Frávega cambiaron de nombre y pasaron a denominarse Fàbregas. Para
sumarle un poco se misterio, algunos diarios tuvieron las típicas promociones
para el mundial con el nombre cambiado. No pasó mucho tiempo para que echaran a
rodar las conjeturas: cambiaron de nombre sin previo aviso? Se trataba de
alguna promoción por el mundial particular? Alguna campaña publicitaria
incógnita? Y la opción menos creíble pero que increíblemente algunos la
pensaron: habían hackeado las páginas? Hubo que esperar un poco hasta que se
confirmó lo más obvio: fue un pequeño juego publicitario relacionado con el
futbolista español del Chelsea Cesc Fàbregas.
Fue también un anuncio que buscó
burlarse de los publicistas chantas y que pretenden arreglar con sarasa sus
horribles campañas, algo cada vez más evidente. No sería extraño que hayan aún
más chistes internos en esta serie de avisos del mundillo publicitario. Así que
para los que andaban tan asustados respecto al cambio de nombre, en realidad
sigue todo como antes. Al igual que Ribeiro, Garbarino, Márquez, Bonessi,
Dismar y Comesa, su nombre no tiene ningún misterio: se trata simplemente del
apellido del fundador, Oreste Frávega.
Tuvo la peculiaridad de nacer
exactamente en 1910, una fecha que le sirvió para hacer en 2010 una serie de
comerciales con Ricardo Darín y Susana Giménez, pasando por sus épocas más
incónicas. Ya estamos todos bastante acostumbrados a su logo con letras negras
y un óvalo azul con negro. Se trata, si prestan atención de un “reestyling” de
su logo insignia clásico: un simple óvalo con las letras adentro, que según la
época variaban los colores. Más de uno debe tener presente este diseño que
comentamos, sobre todo con los colores amarillo y verde que son los que más
perduraron. Dicho formato sí que duró décadas: en nuestra primera imagen tenemos
un aviso de 1972 de… un tocadiscos Barret! Que podía conseguirse por sólo “cuotas”
(ahhh para saber cuántas vas a tener que venir) de 1990 pesos del momento.
Pueden verse además la lista con las 11 sucursales que tenía por aquellos
tempranos años 70. Diez años después ya iban a estar rozando los 30 locales. Y
ya que hablamos de algo vinculado a los discos, vale la pena recordar que un
sistema de promociones que durante años caracterizó a la compañía: unos
pequeños “disquitos” de plástico que se usaban para descuentos en sus
sucursales. Varios jóvenes de los 60 y 70 compraban sus LP’s allí, pero Frávega
también se caracterizaba por vender electrodomésticos de todo tipo: eso fue y
sigue siendo su fuerte. Es lo que vemos con mayor claridad en la siguiente publicidad, correspondiente a 1987, donde no sólo aumentaron notoriamente su número de sucursales (denominados ostentosamente "centros comerciales", para seguriamente justificar el término Ciudad Frávega) sino que comenzaba a brindar varias formas de financiación y hasta crédito para hacer llegar al cliente varios tipos de cocinas marca Sirena, para que los pocos Australes que se tengan en el bolsillo no sean un impedimento para el éxito en la venta.
En esta época además empezamos a ver en
varios de estos avisos ese extraño bicho, de color marrón y muy sonriente, que
estuvo presente durante décadas. Siempre creí que era un perro, pero aquella
publicidad de Susana y Darín de 2010 lo supieron presentar como oso y tiene algo de
sentido, ya que hacía juego con el slogan setentoso “No te hagás el oso”: sea
el animal que fuere, esta mascota de Frávega caracterizó la buena
predisposición y calidad de atención de sus empleados, así que tiene lógica que
hoy ya ni lo recuerden. ¿Qué empresa hoy puede enorgullecerse diciendo que
tienen una buena atención y con empleados que tienen idea de lo que venden sin
que te manden a googlear? En la tercer imagen volvemos a ver a este oso (presumiblemente
llamado también Frávega) en un aviso de 1997 anunciando una nueva tarjeta de
beneficios. Ahí nomás, entre el 98 y 99 se produjo el cambio de logo que
perdura hasta hoy, jubilando al pobre oso sin derecho a indemnización. No
obstante tuvo la suerte de, en sus años mozos, convertirse en un muñequito de
juguete para los niños.
Desde entonces Frávega supo tener avisos como los de la
cuarta imagen: muy tecnológicos, impersonales y fríos pero a tono con la moda
de entonces. La foto de la izquierda es de 2001 y la de la derecha, de 2005. Atrás
dejaban términos como “cuotas chaucha y palito” para pasar a decir slogans más
cool como “Primeros Siempre” o aparecer en placas de novelas de Pol-ka. Las
videocaseteras y televisores flat eran la principal fuente de búsqueda, pero
también supieron abrir fronteras hacia el mundo crediticio. Fueron más allá y
hasta se dedicaron a la fabricación (ejem, ensamblaje) de sus propios productos
en Tierra del Fuego, Electrofueguina SA, para así abaratar sus costos: PCs,
netbooks y tablets marca Admiral.
Su óvalo es ahora apenas un mínimo recuerdo
violeta y azul al lado del nombre, ése que sigue siendo intocable a pesar del
paso del tiempo y del reciente fallecimiento de Raúl Frávega, uno de sus
últimos dueños pero que también había creado hoteles, barrios privados y resorts.
Pueden sacarnos la cabeza con los precios y los costes de envío, ofrecernos
ofertas de Hot Sale de dudosa honestidad y hasta atenderte de favor… pero no se
metan con el nombre! Eso sí que es la gota que puede rebasar el vaso…
Llegue acá buscando una foto del oso con las manos sucias que salía en la revistas de ofertas en los primeros años de la 90 dónde decía "en frávega no nos lavamos las manos" pero no la pude encontrar en Internet :(
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