Desde el desarrollo con trascendencia mundial en 1993 de los lácteos con sulfato ferroso por parte de La Serenísima (algo que ya hemos cubierto) la empresa de los Mastellone se abocaron de ahí en más en hacer todo tipo de productos con el ansiado compuesto, ya que era capaz de formar parte de cualquier art´culo lácteo sin alterarle el sabor. Por ejemplo, en 1995 publicitaban sus exclusivos yogures en distintos formatos (con cereales, bebible y firme) fortificados con hierro, con el gancho de que el organismo absorbía sólo lo que le era necesario, para lo cual este compuesto "jamás será excesivo". Claro, era difícil imaginarse a alguien desesperado queriendo comer cantidades industriales de yogur pero por las dudas no iban a morir de sobredosis de hierro por culpa de estar comiendo su debilidad de La Serenísima...
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