Allá por 1984 no existía mucha discusión respecto a di un pan dulce debía o no tener fruta abrillantada o si su masa debía tener otro tipo de composición que no fuera la típica: había una sola variedad genérica disponible con la mencionada fruta, pero desde esta publicidad la categoría y distinción venía desde su nombre Marcolla, "el Pan Dulce con apellido". La versión televisiva de esta campaña lo tenía a Juan Alberto Badía como protagonista.
Aunque existía competencia como Musel o Canale, la marca de raíces austríacas e italianas que comenzó a producirse en el país en 1895 consideraba que tenía la espalda suficiente para ser de las más vinculables al negocio del "panettone" en el país: este negocio comenzó originariamente como negocio familiar en una confitería en Ensenada, La Plata, para luego expandirse al resto del país, siendo precursores en el proceso de venta ambulante de pan dulce de origen milanés, además de la venta directa en el local, gracias a Leone Antonio Marcolla.
Esta misma empresa tuvo otros hitos en su historia, como ser el pan dulce oficial de las cajas de regalo de fin de año de la fundación Eva Perón, estar presentes en los regalos empresariales de las Tiendas Harrod's, auspiciar conjuntos folclóricos en discos LP o en 1979 ser el auspiciante de la obra de Marta Minujin "El Obelisco de Pan Dulce".
Actualmente la marca también produce budines, tostadas y magdalenas, una diversificación producto de la injerencia de Firenze, la dueña de la firma desde 2008. Firenze terminó siendo también dueña de la mencionada Musel, Steinhauser y de Pamela, otra marca conocida por sus publicidades de pan dulce, bastante más terrenales y menos poéticas...
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