La alimentación infantil siempre fue tema de polémica: las
golosinas desde tiempos inmemoriales deben aclarar a los padres lectores que
son saludables o no tan malas como dicen las malas lenguas. En 1944 la
acotadísima línea de productos Misky de Jornet Hermanos (apenas un chupetín de
leche y un paquete de caramelos) se publicitaba como “alimento puro y sano para
chicos y grandes”, aunque sin obviar lo de “golosina deliciosa” para dejar en claro que
además de nutritivos eran ricos. Una fórmula infalible para que la felicidad se
te pinte en la cara y haga juego con tu prolijo pelo engominado…
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