Es un tema ya
hablado en muchos sitios lo complicado que puede ser el traer una marca al
exterior que tenga un nombre poco agradable para la lengua del país importador.
Hay casos emblemáticos y bien difundidos como el famoso Mitsubishi Montero que
en su Japón natal es el “Pajero” o los caramelos para adelgazar estadounidenses
“AYDS” que sonaban siniestramente similares a la sigla en inglés del SIDA. Como
otros nombres llamativos podemos citar Nissan Moco, el Mazda Laputa, el Lancia
Marica y el Ford C-MAX Turbo. Como pueden ver en el mundo automotriz están la
mayoría de los ejemplos pero no es el único rubro. Supongan que quieren hacer
entrar al país esta crema facial (publicitada en 1984) cuyo fabricante alemán
se hace llamar “Biodroga”… con qué cara los mirarían?

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