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lunes, 8 de enero de 2018

Camaradería con gas (2007)


Dentro de tantos productos gasificados que han surgido en estos últimos años, definitivamente nos olvidamos de éste: la variedad light de la Schweppes Citrus, del año 2007. En todo este tiempo no sólo se dejó de producir esta versión bajas calorías, sino que la Citrus pasó a ser lima limón, y el logo fue bastante estirado para los costados, pero sin grandes cambios. Un nombre tan complicado de pronunciar (pero que no le ha impedido permanecer en el mercado argentino) se le debe a su creador, Johann Jacob Shweppes. Este joyero alemán logró en 1783 (el famoso año repetido en sus publicidades actuales) en Ginebra el sistema para producir agua carbonatada industrialmente. Con este dato se obtienen dos conjeturas: primero, que es considerada mundialmente la primer marca de bebida carbonatada del mundo, y segundo que no inició sus actividades con las gaseosas que más tarde caracterizarían a la firma. La primera en aparecer fue la de limón, en 1835. La conocida hasta hoy variedad de agua tónica recién aparece en 1870. La receta de esta bebida estaba basada en tradicionales recetas de soldados ingleses residentes en la India durante el Imperio Británico: su principal ingrediente era la quinina, y solía ser tomada como “tónico” para mitigar estados febriles. Se la mezclaba con limón y soda para que pasara el sabor amargo que todavía tiene. Dicha bebida mezclada con ginebra dio origen también al gin-tonic. Esa imagen de bebida señorial y culta acompañó al nombre Schweppes desde siempre, y gran parte de ello se debió a que en 1821 (época en la que su fundador ya había fallecido) el Rey Guillermo IV de Inglaterra le otorgó a la bebida el sello de “por la gracia de su majestad”, un sponsor que catapultó sus ventas. No se trata de un dato muy conocido, pero esta marca de bebidas tuvo una anécdota curiosa con el hundimiento del Titanic: a bordo del barco viajaba Walter James Hawksford, quien se iba a convertir en el jefe de exportación de la bebida en New York. Fue uno de los sobrevivientes y la botella que llevaba con el nombre Schweppes tampoco se rompió, aunque pereció con el resto del barco y fue rescatada relativamente intacta recién en el año 2012. Dicho acontecimiento fue aprovechado comercialmente en ese año para lanzar una línea de agua tónica Premium, con una botella que imitaba el diseño de principios del siglo XX. El consumo de agua tónica mundialmente creció gracias a esta marca, aunque en el sitio donde más recalaron cómodos fue en España, convirtiendo a ese país en el consumidor principal global de agua tónica, y de allí no resulta muy difícil imaginarse que esa costumbre terminara en la Argentina. Sin embargo su sitio de consolidación fue siempre Gran Bretaña, y en ese lugar en 1969 se originó la fusión con la otra inglesa Cadbury. Esta fusión se mantiene intacta hasta 1998, cuando Coca Cola (una marca mucho más joven al lado de la ya jovata Schweppes) compra la compañía, pero solamente la división de bebidas. Desde esa época que ambas marcas están fusionadas y de alguna manera la Scweppes de pomelo y de citrus terminaron siendo el reemplazo natural de la Quatro, que cada día se la empezó a ver menos. Actualmente sólo se consiguen los sabores agua tónica, lima limón, pomelo y pomelo “zero”. Ya no se comercializa en el país la variedad naranja (nacida en 1935) y mucho menos la ginger ale, tan venerada aún por los noventosos que pudieron comprar en esa época la latita verde oscura. Así que luego de semejante historia milenaria llena de gente culta, pacífica y civilizada como son los blancos británicos, es más que evidente que a esta gaseosa aún le quedan muchos siglos por delante… a no ser que a doña Coca Cola se le ocurran locuras como querer volver a reflotar la Fanta Pomelo o cosas así… 

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