Hace 30 años un nuevo producto de limpieza buscaba ganarse el corazón y bolsillo de los argentinos pero lamentablemente pasó sin pena ni gloria aunque en otros países si fue sinónimo de éxito: en 1992 pudimos empezar a ver estos avisos anunciando la llegada al país de Ivory (pronunciado "aivori"), el pan de jabón que se caracterizaba por flotar en el agua y ser el único del mundo con esa virtud.
Lamentablemente ni dicha característica ni el hecho de ser importado alcanzaron para que este producto de P&G se impusiera de manera exitosa en el mercado y le pudiera quitar algo de cuota de mercado al ya saturado mercado de jabones de tocador argentinos. Contra su propio marketing, en la Argentina se terminó hundiendo, se lo llevó el agua y nunca más se lo vio.
Sin embargo muy diferente fue su destino en su país de nacimiento USA: nacido en 1879 fue de los primeros productos de la futura multinacional Procter & Gamble, cuando era apenas una fabricante de ceras y velas. En el aviso del 92 el envase de Ivory era blanco pero durante gran parte de su vida supo tener un paquete verde, asemejándose al jabón argentino Guereño. Pero los años no vienen solos y tres décadas después Ivory es mucho más que un simple jaboncito. En la actualidad también se producen geles de ducha, crema para manos con aloe vera, desodorantes en barra, jabón líquido para ropa, shampoo para bebés, detergente y líquido lavavajillas.
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