El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

viernes, 27 de marzo de 2020

Temblores históricos

De tanto que me insistieron en probarlos (sobre todo la usuaria Lara Ruggiero), me animé a experimentar qué tal era por lo menos uno de los productos Ravana. Encontré una gelatina de esta marca en un Carrefour, para luego enterarme que dicha empresa es la misma que le fabrica las premezclas al súper francés. Lo que se proó ahora fue una muy buena gelatina de cereza, aunque también producen flanes, postres y bizcochuelos. En una gelatina se puede entender el “Sí, se mueve!” de slogan, pero curiosamente en el resto de los productos en polvo esta frase persiste. Es cuestión de profundizar un poco la historia de Ravana para entender que dicha frase hace alusión a un jingle ochentero donde se hablaba de sus flanes. Se ve que les gustaba exagerar con las propiedades de sus productos: también en esos años sus publicidades decían que sus bizcochuelos eran tan altos que se los llevaban los aviones por delante….


Justamente ya que hablamos de firmeza y movimiento se notó una diferencia en su consistencia respecto a otras firmas: esta gelatina Ravana tonó solidez rápidamente y temblaba bastante, en comparación a otras marcas en donde con las mismas medidas de agua resulta algo aguachento, en sabor o densidad. Lamentablemente no se pudo encontrar otro producto de la marca para seguir conociendo…   
Así que como nos quedamos con ganas de más llamamos a otras gelatinas de otras épocas para que estando todas juntas se sientan contenidas y no tiemblen tanto. Contamos entonces con la presencia de una marca famosísima en su USA natal pero ninguneada en la Argentina luego de su paso hace muchos años: es la gelatina Jell-O, “el postre favorito de América”, que en este aviso de 1948 además de publicitar sus 6 deliciosos sabores se ve en la obligación de explicar cómo preparar algo tan novedoso. Le sigue una marca todavía presente en el mundo gelatinoso: Royal, en un aviso del sabor fresa de 1950 junto a toda la línea de gelatinas de la marca en 1980, allá abajo. 



Arcor se hace presente con su histórica marca Godet desde un aviso de 1992, en donde se anunciaba una promo donde se debía recortar el frente de por ejemplo la gelatina de limón, para mandarla por correo y ganarse un sueldo de 1500 pesos-dólares a través de un sorteo por Videomatch. De esa misma década unos años después aparecen las gelatinas bajas calorías de Exquisita, una línea que en 1997 consistía en apenas 4 sabores.  Vuelve a aparecer Arcor en 2005 con el lanzamiento de las gelatinas infantiles Fruti Gelatin, aquella marca que en otras décadas se encargaba de vender gomitas: actualmente estas gelatinas siguen saliendo, pero ya bajo el nombre de Mogul. 




Y terminamos por ahora con algo que deberíamos llamar “gelatina” aunque tal vez lo más exacto sea decirle jalea, pero igualmente no es el término con el que se lo vende: es la “gelatinita” Serenito, que en este 2020 sacó una muy dulce y rica variedad llamada Cool Blue: frambuesa con un ligero toque mentolado. Uno de los sabores más arriesgados de este tipo de productos, ya sea los vendidos por La Serenísima o Sancor. Y vamos a  aprovechar su extraño color azul para decir que seguimos buscando alguna imagen de esa bizarra creación de Royal de principios de los 2000, llamada “gelatina sabor frutos azules”…

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