Esto les trajimos hoy para acompañar los ñoquis de este 29. Es complicado querer cambiar tradiciones muy arraigadas en la cultura de un país. Porque una cosa es intentar comer más saludable o cuidarse la presión pero... directamente cambiar la sal por un compendio de especias con sal? Alguna vez ésta fue la propuesta de Arisco en el país cuando trajo el Tempero, un condimento vendido con mucho éxito en varios países y que llevaba muchos años de tradición en Brasil, su país natal. Por si quedaban dudas de su origen, "tempero" en portugués significa especias. Lo que vemos en la foto es el frente de uno de los recetarios distribuidos entre 1991 y 1992 para dar a conocer formas de comer con este revolucionario ingrediente. Se lo agregabas a la comida y no había que agregar absolutamente más nada. Un año más tarde se animaron a algo mucho más osado: contratar a Carlitos Balá para publicitar el Tempero nacional. Los sabores disponibles por esos años eran 3: el "clásico" tapa roja que incluía ajo y pimienta en equilibrio, el celeste que no traía pimienta y el tapa azul oscuro que traía ajo extra.
Arisco había nacido en como empresa familiar en 1969 justamente comercializando el Tempero: sal mezclada oportunamente con especias seleccionadas, y durante décadas fue un gigante de los alimentos cariocas, comercializando además de su exitoso condimento cacao en polvo, jabón para la ropa, conservas, gelatinas, esponjas para múltiples superficies, aderezos, jugos en polvo y pastas frescas, pero la mayoría de los que vivieron en la Argentina (y otros países aledaños) van a recordar la marca por una sola cosa: la sopa de Xuxa que se comercializó a principios de los 90 era de Arisco. Ése fue el producto estrella con el que ingresaron al país y fueron de a poco trayendo el resto de su catálogo. Justamente a mediados de esa década comenzó a sufrir dificultades para competir contra multinacionales y le da paso al grupo inversor Goldman Sachs, quienes van adquiriendo progresivamente la firma y realizando ciertas inversiones hasta que en el 2000 se puso en venta la empresa: fue adquirida en su totalidad por Unilever, dejando atrás otros competidores como Socma, Arcor, Cambpells o Heinz.
A esas alturas Arisco Argentina había tenido una penetración bastante baja en los consumidores: a pesar de muchos esfuerzos apenas si eran conocidos por los aceites de oliva Copisi y salsas de tomate Tarantella, dos marcas que en realidad la brasilera había comprado cuando llega a la Argentina.
Tempero no está más en el país y la única manera de conseguirlo es por Internet e importadores: de esta forma se puede probar lo que significa preparar platos con estos polvos mágicos brasileros...
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