El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

lunes, 11 de noviembre de 2019

Lays y las de fuego (2019)


Aire, sal y fuego son los ingredientes principales con los que Pepsico ha conseguido lanzar al mercado argentino una serie de productos de pretende dar que hablar, sobre todo por la cualidad de cumplir bastante bien una de las características enunciadas en sus empaques. Además, la flamante línea de productos picantes llamados Flaming Hot tiene otra característica distintiva: hacía mucho (por no decir nunca) que un sabor atravesaba varios productos del catálogo al mismo tiempo, inclusive artículos que nunca suelen reconocer públicamente que vienen de la misma fábrica madre.
Esta línea consiste en 3 productos: las papas Lays, los nachos Doritos y el maní Maniax de Pehuamar. En Febrero pasado habíamos comentado la llegada del maní japonés de esta marca marplatense , lanzando el sabor clásico y jamón. Por esas cosas de la vida en menos de un año ese tipo de maníes se renovó y pasó a denominarse Maniax, estrenando el sabor picante que estamos comentando. Por su parte Lays y Doritos no necesitan mucha presentación.   
Como hemos estado adelantando, los 3 productos tienen un sabor en común: se trata de un sabor picante bien fuerte, y eso en sí es una novedad. Infinidad de veces Pepsico lanzó productos que se las daban de picantes y no cusaban ni la más mínima cosquilla. Un caso extremo fueron los Doritos Ruleta de 2015, el que prometía tener uno extremadamente picante entre los tradicionales: fue bastante frustrante comprar dos de estas unidades en diferentes circunstancias y que no trajera ni uno picante.
Por orden de picor, nos ha parecido que los peores han sido los maníes, con su habilidad de juntar saborizante en su corteza crocante como ninguno. En segundo lugar aparecen las papas, y al último, como opción menos agresiva, los Doritos. Los tres comparten la misma cualidad: el sabor característico Flaming Hot (o “llamarada picante” según los propios paquetes) que cumple lo prometido de ser una combinación de ají y limón, muy bien distinguidos en la cata. Inmediatamente se empieza a sentir la “molestia”, el prurito, el ardor de su gusto picante y el roce de la lengua con más snacks que se lleven a la boca sólo empeora las cosas. Con la correspondiente escala antes mencionada, en todas sus versiones llegamos a los mismo: un particular aturdimiento de la lengua, que no se va al primer sorbo con agua. De hecho, la mejor forma de comerlos es haciendo gárgaras con agua fresca para arrancar el saborizante de la boca. A lo mejor es sugestión, pero un dolorcito post ingesta como si se nos hubiera llenado de ampollas queda en la lengua.
Sigo teniendo bien presente cuando, en 2011 probé con amigos las Pringles Xtreme, que venían en 3 sabores escalonados de picor: el tercero, el más fuerte, nos terminó haciendo llorar y enrojecer la cara. Con los Flaming Hot, no se llegó a tanto pero estuvieron cerca de lograrlo.
El resultado, entonces, es el esperado para los amantes de los productos picantes: por fin Pepsico saca algo que realmente puede generar desagrado en paladares finos, y por esa razón no le damos demasiado tiempo de vida en el mercado. A provechen de degustarlas antes que alguien ofendido quiera prohibirlas… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario