Hace 15
años si sintonizabas el Canal 7 “Argentina” de 18 a 21 horas te encontrabas con
Treinta y Pico, un ciclo musical conducido por Miguel Habud y la cantante Manuela
Bravo que contaba con la particularidad de que todo su contenido (shows en
vivo, juegos, sketchs de humor) giraban en torno a cultura retro bien
identificada para los mayores de treinta de ese momento: nostalgia que giraba en
torno a los años 60 y 70 sobre todo. Ya la cultura ochentera era vista de
reojo. El nombre del programa tenía un guiño para los espectadores: estaba
dedicado a personas de más de 30 años, pero que por cuestiones de pudor o
coquetería no se animaban a decir su verdadera edad…
Pero
para que la juventud no se ofendiera también tenían un programa ómnibus
enteramente dedicado a ellos: se llamaba Zonamos, lo conducía Daniela Fernández
y Willy van Broock y se trataba de un ciclo de juegos de habilidad y destreza para
chicos que arrancaban la secundaria.
El programa
juvenil en cuestión todavía tiene admiradores que lo recuerden dando vueltas
por ahí, pero en el caso de Treinta y Pico la respuesta del público fue
sumamente positiva: se logró triplicar los niveles de audiencia del canal en
esa hora. Llegaron a gestarse boliches (o boites para decirlo con propiedad) a
lo largo del país con ese mismo nombre para aprovecharse del éxito de pasar
música de otras épocas. Cierta parte de la prensa calificó al programa en su
momento de “patético, deprimente, triste, melancólico, bizarro” por intentar
revivir frases o términos setentosos o hacer bailar y cantar a gente que ya no
estaba para los cánones de la tv siempre joven y vital, pero como se dijo antes
la respuesta del público demostraba otra cosa. A pesar del acierto de poner un
programa así y su gran repercusión, se desató un conflicto de demora de en el
pago de los sueldos y a principios de 2005 Habud termina abandonando el
programa. Fue reemplazado por Ruben Mattos… quién? Ni más ni menos que el
cantante de “salta salta salta pequeña langosta” y “que la dejen ir al baile
sola”. A pesar de las buenas intenciones, el programa termina en Marzo de ese
año. Le alcanza a Manuela Bravo para seguir trabajando en la temática retro por
varios años más: por ejemplo, el ciclo radial “Aquellos Buenos Tiempos” o el
programa de tv “Si fuera como Ayer” de CN23.
Lo
cierto fue que este programa con su target particular (muy desaprovechado por
los demás medios) junto a otros productos bien desarrollados de la emisora como
Un cortado, Historias de Terror, Científicos Industria Argentina, Badía e
Historias Prestadas, ayudaron a ese Canal 7 a repuntar un poco la penosa
audiencia e imagen institucional que venía arrastrando desde hacía bastante…
Publicidad de 2013 de otro boliche con el concepto del programa: Club 30 y pico de la provincia de San Juan. A casi 10 años del suceso del programa, el concepto de la música y el público seguían sin ganas de envejecer...
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