El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

domingo, 21 de julio de 2019

El 7 estaba en la pomada (2004)


Hace 15 años si sintonizabas el Canal 7 “Argentina” de 18 a 21 horas te encontrabas con Treinta y Pico, un ciclo musical conducido por Miguel Habud y la cantante Manuela Bravo que contaba con la particularidad de que todo su contenido (shows en vivo, juegos, sketchs de humor) giraban en torno a cultura retro bien identificada para los mayores de treinta de ese momento: nostalgia que giraba en torno a los años 60 y 70 sobre todo. Ya la cultura ochentera era vista de reojo. El nombre del programa tenía un guiño para los espectadores: estaba dedicado a personas de más de 30 años, pero que por cuestiones de pudor o coquetería no se animaban a decir su verdadera edad…
Pero para que la juventud no se ofendiera también tenían un programa ómnibus enteramente dedicado a ellos: se llamaba Zonamos, lo conducía Daniela Fernández y Willy van Broock y se trataba de un ciclo de juegos de habilidad y destreza para chicos que arrancaban la secundaria.
El programa juvenil en cuestión todavía tiene admiradores que lo recuerden dando vueltas por ahí, pero en el caso de Treinta y Pico la respuesta del público fue sumamente positiva: se logró triplicar los niveles de audiencia del canal en esa hora. Llegaron a gestarse boliches (o boites para decirlo con propiedad) a lo largo del país con ese mismo nombre para aprovecharse del éxito de pasar música de otras épocas. Cierta parte de la prensa calificó al programa en su momento de “patético, deprimente, triste, melancólico, bizarro” por intentar revivir frases o términos setentosos o hacer bailar y cantar a gente que ya no estaba para los cánones de la tv siempre joven y vital, pero como se dijo antes la respuesta del público demostraba otra cosa. A pesar del acierto de poner un programa así y su gran repercusión, se desató un conflicto de demora de en el pago de los sueldos y a principios de 2005 Habud termina abandonando el programa. Fue reemplazado por Ruben Mattos… quién? Ni más ni menos que el cantante de “salta salta salta pequeña langosta” y “que la dejen ir al baile sola”. A pesar de las buenas intenciones, el programa termina en Marzo de ese año. Le alcanza a Manuela Bravo para seguir trabajando en la temática retro por varios años más: por ejemplo, el ciclo radial “Aquellos Buenos Tiempos” o el programa de tv “Si fuera como Ayer” de CN23.
Lo cierto fue que este programa con su target particular (muy desaprovechado por los demás medios) junto a otros productos bien desarrollados de la emisora como Un cortado, Historias de Terror, Científicos Industria Argentina, Badía e Historias Prestadas, ayudaron a ese Canal 7 a repuntar un poco la penosa audiencia e imagen institucional que venía arrastrando desde hacía bastante…

Publicidad de 2013 de otro boliche con el concepto del programa: Club 30  y pico de la provincia de San Juan. A casi 10 años del suceso del programa, el concepto de la música y el público seguían sin ganas de envejecer...

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