El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

sábado, 3 de febrero de 2018

Amor caribeño en el aire (1989)


Algunos de los afortunados que en otras épocas hayan conseguido viajar a la zona del Caribe, probablemente les suene el nombre de la Aerolínea VIASA: Venezolana Internacional de Aviación, Sociedad Anónima. Se trataba de una empresa venezolana de vuelos netamente internacionales que contaba con una gran cantidad de anuncios donde siempre una señorita estaba en el primer plano, y bastante más lejos podían aparecer los aviones, los cuales tenían como característico el color naranja. La publicidad que vemos hoy es de 1989 y se ve qué dirección tenía la empresa en Buenos Aires. Por tratarse de una aerolínea netamente internacional, era la que más destinos unía en el mundo pero también la que más flota de aviones poseía y (aunque se puede considerar un dato subjetivo) el que mejor atención brindaba. El antecedente directo de esta empresa se llamaba LAV, Línea Aeropostal Venezolana, nacida en 1943 y que tras numerosos y cuantiosos accidentes ocurridos durante los años 50 pasa a ser absorbida por la nueva empresa VIASA desde 1960, contando con la mitad de sus acciones en capital privado (principalmente la holandesa KLM) para ahorrar los costes que ya le estaba provocando al gobierno la anterior línea aérea. La llegada del capital privado provoca que la aerolínea tenga mucho “glamour” y distinción e incorpore detalles elegantes que definitivamente eran la diferencia respecto del resto de las líneas aéreas: por ejemplo, que los uniformes de las azafatas estuvieran diseñadas por la empresa Dior. También terminarían adquiriendo uno de los Jets más lujosos y grandes del momento, el cual quedó en la cultura popular con el nombre de “El Coloso”. Este período de bonanza finalizaría a mediados de los 70 en el contexto de la crisis mundial petrolera. Resultado de comenzar a tener rojos fiscales, la compañía pasa a nacionalizarse en un 100%. Este hecho es considerado por muchos como el comienzo de su declive: por un lado, la burocracia estatal fue oxidando el buen servicio que se tenía, llovieron los pasajes de regalo para funcionarios del estado y sus familiares (llegaron al récord mundial de pasajes de cortesía del siglo XX!) y a su vez se dejó de lado la expansión de su flota, comenzando a volar a principios de los 80 con aviones prestados. A fines de esa década el nuevo contexto internacional recomendaba la privatización de la empresa fiduciaria, y de hecho el Estado Venezolano recibió préstamos internacionales para paliar su recesión de entonces con la condición de realizar este hecho. Tal cual pasó con Aerolíneas Argentinas y con Ladeco en Chile, la mejor opción fue la española Iberia quienes en 1991 se quedan con el total de VIASA. Mucho tuvo que ver en esta compra la buena relación que tenía el presidente venezolano Carlos Andrés Pérez con Felipe González. Publicitariamente Iberia contaba con una muy buena imagen y con planes de expansión en Latinoamérica, pero en la práctica estaba en quiebra técnica y no supieron qué hacer con la línea venezolana, que pasó a estar peor que antes. Las filiales latinas de Iberia se endeudaban para sanear la situación de su casa central: el dinero sólo servía para mejorar la situación de la administradora, pero no para reinversiones. También hubieron cambios que hirieron la identidad de la compañía: Iberia modificó los colores de los aviones tomando el mismo diseño de Iberia (Aerolíneas Argentinas hizo lo mismo) y eso a muchos de sus clientes no les cayó bien. La falta de cuidados en su flota y personal derivó en cada vez menos transporte de pasajeros, hecho que derivó a su vez en gran cantidad de ajuste y despidos para evitar la quiebra. Todo es en vano, y en enero de 1997 VIASA deja de volar. Sus rutas son repartidas por otras aerolíneas y no se vuelve a hablar de VIASA o algún regreso hasta marzo de 2004, cuando Hugo Chávez, muy crítico de la privatización fraudulenta de la empresa, autoriza la creación de Conviasa: Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos SA. Esta nueva aerolínea de bandera tiene el mismo color naranja en su logo, pero muchos afirman que su calidad no es como la de su antecesora: sí tuvo accidentes aéreos (cosa que VIASA increíblemente no tuvo, su única tragedia aérea en los años 60 ocurrió con pilotos de otra compañía que alquilaron el avión) y no ocupó sus locaciones, condenando a edificios emblemáticos del país (como su torre de control o su centro de entrenamiento… el primer simulador de América Latina!) al abandono. El regreso de una compañía así está lejos de suceder, pero aún muchos de sus ex-empleados añoran el retorno de la empresa que popularizó el término “viasar” para referirse a volar con ellos…  

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