El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

jueves, 13 de julio de 2017

Las elegidas por los grandes (1997)


El mercado argentino de galletitas es bien conservador: hace décadas que marcas como Criollitas, Express, Serranitas, Granix o Traviata dominan el mercado cómodas. Si hoy sería difícil tratar de meter una nueva marca, imagínense hace 20 años. En los 90 estaban las Doraditas de Lía, unas galletitas que parecían Criollitas pero con los bordes masticados. En el año 1997 las relanzaron y para ganarse el mercado de una buena vez, qué mejor que darte a conocer por recomendación de otros exitosos: dicen que la “cuña” para tener éxito es infalible. De esta forma, se creó este ingenioso aviso donde marcas encubiertas de otras empresas parecían darle el visto bueno a estas Doraditas: podemos ver los envoltorios inconfundibles del fiambre Tres Cruces, la mayonesa Hellman’s, la margarina Manterina, la mermelada Campagnola, el dulce de batata Arcor, el “quesito” Adler, el untable Mendicrim y las aceitunas Nucete. La marca del último es sin dudas un chiste interno: “Jamón Díaz”… algún hincha de boca le habrá querido hacer un chiste a Ramón? Quién sabe, tal vez fue casualidad. A pesar de tanto ingenio y un buen rebusque para hacer digitalmente todo parecido a los originales, las Doraditas siguieron en su apacible anonimato y forma parte del extenso catálogo de productos que no se sabe cuándo dejaron de venir, pero tampoco es algo que inquiete a nadie. En ese mismo 1997 Lía pasó a manos de Arcor y progresivamente (sobre todo después de la crisis de 2001) redujo su catálogo de manera alarmante, llegando al día de la fecha con productos que sobran los dedos de una mano para contarlos. Un pequeño recuerdo para las Doraditas Lía, que a pesar de decir que iban con todo no fueron con el paladar del consumidor y de un día para el otro se hicieron agua…

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