El Gran libro de las Marcas fue una recopilación de envoltorios, envases, publicidades y avisos sobre muchos productos: golosinas, galletitas, chocolates, alimentos, bebidas, medicamentos, productos de limpieza, cosmética, perfumería, higiene, etc. Lo comencé en 2002 y lo terminé en 2006. Llegamos al 2012 y, 10 años después, y con las posibilidades de interacción de la actualidad, decidí retomar las colecciones para agrandarla aún mas. Con el propósito de compartir los logros realizados en esa vieja y en esta nueva etapa, se crea este blog. También será el canal de comunicación para todos los que se ofrezcan a vender cosas que ustedes tengan, y así agrandar la colección. Saludos y ojalá que lo disfruten!

martes, 26 de abril de 2016

Una marca que se quedó sin energías (2011)


En este mundo actual tan rápido y vertiginoso el mercado de energizantes y vitamínicos han encontrado un importante nicho para crecer. Hoy no sólo somos bombardeados por publicidades sobre productos para reponer energías en comprimidos (Centrum, 102 Plus, Fosfovita, Redoxon, Supradyn, etc) y también en forma de bebida con más calorías o cafeína que de costumbre para permanecer despierto (Speed, V, Red Bull, X4, RAD-60 y hasta una bebida llamada atrevidamente "De puta madre 69"). En semejante mercado existió una vez un producto con una importante campaña publicitaria que no logró sobrevivir mucho tiempo, y a pesar de que se trata de un hecho relativamente reciente, muchísima gente jamás lo registró ni cree haberlo visto nunca: se trata de una bebida a medio camino entre gaseosa y energizante llamada Pepsi Kick, comercializada obviamente por Pepsico. Este producto nació en México en 2009 y dos años más tarde llegaba a la Argentina. Al igual que los energizantes, la Pepsi Kick fue publicitada sin especificar nunca qué era, si gaseosa o energizante o un híbrido entre ellos. Sí se hacía énfasis en sus componentes: más cafeína de lo habitual y ginseng, e incluso se jugaba con un slogan no oficial "la Pepsi Veloz" para inconscientemente relacionarla con los dichos de Maradona del Mundial de Estados Unidos (Café Veloz). Es decir subliminalmente le gustaba ser vendida como un producto al borde de la ilegalidad, vinculándose con productos no autorizados. Todo fantasía obviamente. De todas formas no se sabe cómo, si porque su botella resultaba demasiado rara, porque no tenía un gusto definido (mezcla entre Pepsi y Speed, un resultado bastante amargo) o porque el resto de los productos energizantes ya estaban muy bien impuestos, la cuestión fue que la Pepsi Kick no funcionó en el mercado nacional y un año más tarde ya era historia. Y eso que se trataba de un producto "polémico" desde todo punto de vista: tanto en el país como en otros sitios donde esta gaseosa fue lanzada aparecieron mensajes de advertencia sobre lo nociva que podía ser: edulcorantes flojos de papeles (se trataba de una bebida sin azúcar), alto contenido de sodio, un colorante aparentemente cancerígeno, no recomendada para menores ni para embarazadas, etc. Generando en definitiva un producto muy artificial y capaz de inducir a la adicción al dulce, hipertensión, diabetes y hasta un temido cáncer. Con semejante campaña en contra la Pepsi Kick no pudo jugar con el morbo y tener éxito en sus ventas, cosa que sí lograron otros productos como Actimel,  Activia, los jugos en polvo, los edulcorantes con ciclamato o la mismísima Coca Cola, los cuales a pesar de tener un tufillo a producto insalubre no paran de ser vendidos. Es más probable que la Pepsi Kick haya fracasado por su extraño gusto (tomarla tibia era un asesinato) más que por resultar peligrosa para la salud y haber sufrido un boicot por los consumidores. Tampoco se trataba de una bebida que realmente despertara o promoviera más energías: el efecto era similar a un energizante típico, habiendo mucha gente que sí siente una diferencia al tomarlo y otros a los que le resulta como tomar un jugo muy azucarado. Ni siquiera tuvo tiempo de ser asociada en la cultura nocturna junto con alguna bebida alcohólica. La Pepsi Kick, como su nombre lo indica, recibió una patada de parte del mercado argentino y antes de tiempo se quedó sin la energía que tanto prometía, pasando más temprano que tarde a descansar en el cementerio de productos dietéticos y reponedores de energías, como la Tab.

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